La clave de la antropología es una nota característica
del ser humano que Polo llama "dualidad".
El "Ser de Dios" es simple.
El "ser del universo" es sencillo.
El "ser humano" es dual.
No se trata de que el hombre esté escindido en un
dualismo de dos elementos, o que sea uno y otro.
El ser humano es, desde sí, en dualidad.
En su unidad sigue vigente la dualidad.
El ser humano es inagotable. Su unidad no es unicidad,
sino resurgimiento, redundancia.
No es que sea un solitario principio inagotable, sino
que, al ser hijo, el hombre puede siempre recibir y dar más.
"Además".
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