Polo llama consumación
al término de la edificación de la propia vida terrena.
La vida culmina en su consumación,
gracias a la virtud, que articula el curso de la vida.
Polo usa el término
"virtud" en singular porque, si bien la virtud es plural atendiendo a
su riqueza, las virtudes se remiten entre sí y aisladas no son perfectas.
Esa remitencia no es otra
cosa que el amor.
La vida de cada uno está
reunida, como el fuego, en la unidad de la armonía entre todas las virtudes,
que convierte en don cada una de las dimensiones de nuestro vivir.
El buen querer de la caridad
informa nuestras acciones dándoles el sentido último: para Ti.
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