El valor donal de la
vida se corresponde con el valor donal de la muerte.
La vida es para consumirla
(muerte) y para consumarla (vida).
La vida es el don que
nos instala en la vida eterna, al ser aceptado por Dios.
Ofrecer o dar la vida,
no es solamente compartir la vida, sino decir: "no quiero vivir, lo que
quiero es vivir contigo".
No me importa la vida,
me importas tú.
Es lo que se llama
"desvivirse".
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