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La persona humana es la estricta novedad, subsistente en la humana naturaleza, que hace suya mediante su yo (el yo es el hábito de sindéresis).
Para comprender el función del yo ver la etiqueta 6.2.0 en la que hablo del yo y la sindéresis.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 348
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¿Qué asusta a la persona ante la nada?
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La persona no teme la nada.
Es inmortal.
Como ser además que es, inagotable, lo suyo es seguir hacia dentro, y profundizar en la hondura del espíritu.
(aclaro que cuando aquí decimos "persona" estamos hablando de la dimensión trascendental de la persona y no de sus manifestaciones en el tiempo. En efecto, muchas personas temen la muerte en esta vida).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 348.4
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La persona no teme la nada.
Es inmortal.
Como ser además que es, inagotable, lo suyo es seguir hacia dentro, y profundizar en la hondura del espíritu.
(aclaro que cuando aquí decimos "persona" estamos hablando de la dimensión trascendental de la persona y no de sus manifestaciones en el tiempo. En efecto, muchas personas temen la muerte en esta vida).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 348.4
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¿Cuál es el saber más alto?
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La sabiduría.
Hegel, en su Fenomenología del espíritu, nos hizo ver que el espíritu consiste en saberse.
Compete a la sabiduría humana el saber sobre uno mismo, el conocimiento de la propia existencia personal, el saberse hijo de Dios.
La sabiduría humana se hace así también cognoscitiva Dei (cfr. ATI, p.154)
El intelecto personal alcanza este conocimiento gracias al hábito de sabiduría (ver etiqueta 2.14) que le abre íntimamente a su interior (dualidad co-ser – libertad) y hacia dentro (dualidad entender – amar).
Al no encontrar en su intimidad Aquél que acogerá su don, se abre, esperando ser transcendido por Dios (y conocerse como Dios le conoce).
Así esperamos el encuentro futuro con Dios, cuando nos dará la piedrecita blanca del Apocalipsis (donde está escrito nuestro nombre).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.6
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La sabiduría.
Hegel, en su Fenomenología del espíritu, nos hizo ver que el espíritu consiste en saberse.
Compete a la sabiduría humana el saber sobre uno mismo, el conocimiento de la propia existencia personal, el saberse hijo de Dios.
La sabiduría humana se hace así también cognoscitiva Dei (cfr. ATI, p.154)
El intelecto personal alcanza este conocimiento gracias al hábito de sabiduría (ver etiqueta 2.14) que le abre íntimamente a su interior (dualidad co-ser – libertad) y hacia dentro (dualidad entender – amar).
Al no encontrar en su intimidad Aquél que acogerá su don, se abre, esperando ser transcendido por Dios (y conocerse como Dios le conoce).
Así esperamos el encuentro futuro con Dios, cuando nos dará la piedrecita blanca del Apocalipsis (donde está escrito nuestro nombre).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.6
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¿Dónde se encuentra la felicidad?
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Tomás de Aquino dice que en la sabiduría se encuentra máximamente la felicidad.
La sabiduría es el hábito innato por el que alcanzamos a conocernos como somos, hijos de Dios.
Si Dios es mi Padre, nada malo me puede pasar.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.4
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Tomás de Aquino dice que en la sabiduría se encuentra máximamente la felicidad.
La sabiduría es el hábito innato por el que alcanzamos a conocernos como somos, hijos de Dios.
Si Dios es mi Padre, nada malo me puede pasar.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.4
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¿Cuáles son los frutos de la apertura íntima?
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Recordemos que la apertura íntima es el desdoblarse del intelecto personal que, gracias al hábito de sabiduría alcanza a conocerse. (ver etiqueta 5.11).
Gracias al hábito de sabiduría, la persona alcanza a conocerse como además (co-ser), se sabe libre para destinarse (libertad trascendental), descubre su propia transparencia (intelecto personal) y acepta su propio ser donal (amar personal).
Entonces se abre hacia dentro, hacia la transcendencia, escuchando la voz de Dios, esperando conocerse como Dios la conoce.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.5
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Recordemos que la apertura íntima es el desdoblarse del intelecto personal que, gracias al hábito de sabiduría alcanza a conocerse. (ver etiqueta 5.11).
Gracias al hábito de sabiduría, la persona alcanza a conocerse como además (co-ser), se sabe libre para destinarse (libertad trascendental), descubre su propia transparencia (intelecto personal) y acepta su propio ser donal (amar personal).
Entonces se abre hacia dentro, hacia la transcendencia, escuchando la voz de Dios, esperando conocerse como Dios la conoce.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.5
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¿Por qué es problemática la sabiduría humana?
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Porque nunca se podrá decir "ya lo sé todo".
El ser personal es inagotable.
La sabiduría es alcanzar el conocimiento de sí. La antigüedad concedió a las inteligencias el poder de reflexión del espíritu, con una vuelta completa sobre sí mismo.
Pero esta reflexión completa es imposible para el hombre, es incompatible con su ser además, siempre más.
El hábito de sabiduría reclama continuación.
No, no nos aburriremos en el Cielo.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.2
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Porque nunca se podrá decir "ya lo sé todo".
El ser personal es inagotable.
La sabiduría es alcanzar el conocimiento de sí. La antigüedad concedió a las inteligencias el poder de reflexión del espíritu, con una vuelta completa sobre sí mismo.
Pero esta reflexión completa es imposible para el hombre, es incompatible con su ser además, siempre más.
El hábito de sabiduría reclama continuación.
No, no nos aburriremos en el Cielo.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.2
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¿Cómo enfoca Polo el hábito de sabiduría para evitar que se detenga?
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El hábito de sabiduría se detendría si alcanzara a conocerse definitivamente. Si llegara a conocerlo todo.
Esta detención se evita si nos atenemos a su dualidad.
Es decir, si no dejamos de considerar su dimensión metódica y su dimensión temática.
El método es además y el tema es además. Es una luz transparente.
La transparencia del intelecto personal es la solidaridad entre sus dimensiones metódica y temática.
Veamos si me explico.
El método para conocerme es evitar pensar un objeto. Debo pensar además del objeto. El método es además.
¿Y cuál es el tema que alcanzo?: un ser que es además, que es inagotable.
El conocimiento es fuente que conoce la fuente. Luz transparente.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.3
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El hábito de sabiduría se detendría si alcanzara a conocerse definitivamente. Si llegara a conocerlo todo.
Esta detención se evita si nos atenemos a su dualidad.
Es decir, si no dejamos de considerar su dimensión metódica y su dimensión temática.
El método es además y el tema es además. Es una luz transparente.
La transparencia del intelecto personal es la solidaridad entre sus dimensiones metódica y temática.
Veamos si me explico.
El método para conocerme es evitar pensar un objeto. Debo pensar además del objeto. El método es además.
¿Y cuál es el tema que alcanzo?: un ser que es además, que es inagotable.
El conocimiento es fuente que conoce la fuente. Luz transparente.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.3
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¿A qué llamamos transparencia?
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Llamamos transparencia a la solidaridad entre las dimensiones metódica y temática del intelecto personal.
(quizá necesiten ustedes echar un vistazo a la etiqueta 2.11 método-tema).
El tema de la sabiduría es conocerse.
Conocer que nuestro ser es inagotable.
Pues bien, sólo desde la insaturabilidad de su buscarse, transparece el siempre más del además que somos.
Cuando soy fuente (y ésa es la sabiduría) sé que soy fuente (además).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.4
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¿Es la persona creada un verbo?
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La persona creada no es verbo, sino adverbio.
Por eso se puede decir que es nadie.
(Aunque quizá ustedes entiendan mejor que la persona creada es semejante a nadie. Lo que es una gran ventaja, pues vivimos en otro).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.5
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La persona creada no es verbo, sino adverbio.
Por eso se puede decir que es nadie.
(Aunque quizá ustedes entiendan mejor que la persona creada es semejante a nadie. Lo que es una gran ventaja, pues vivimos en otro).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.5
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¿Es negativo para la persona ser semejante a la nada?
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Al ser transparente, la sabiduría humana parece vacía.
Al no encontrar nada que la aquiete en su interior, la sabiduría puede angustiarse. Sartre concluye diciendo que la libertad es absurda, contradictoria, pues a pesar de ser imposible de determinar definitivamente, busca una determinación.
Sin embargo, otros autores han dado la vuelta a la tortilla y abierto una vía gozosa y sin náuseas.
Eckhart ya dijo que la inteligencia no es algo dado, sino que más bien es nada (yo diría: semejante a la nada), pero esto, lejos de ser un inconveniente, es una gran ventaja, ya que lo intelectual es capaz de superar su propia negación.
Ahí radica la inmortalidad del espíritu. Si fuéramos "algo", podríamos volver a la nada.
Pero al ser semejantes a la nada, del mismo modo que la inteligencia de Eckhart es distinta del simple ser, también es más que la simple nada.
Lo que intento explicar es que la persona no depende de la naturaleza. La persona es extracósmica. Lo que la ha hecho aparecer no es el universo. Si dependiera del universo podría volver a la nada, como vuelve a la nada la imaginación de un perro.
La persona depende directamente de Dios. De ahí su dignidad.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.5
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Al ser transparente, la sabiduría humana parece vacía.
Al no encontrar nada que la aquiete en su interior, la sabiduría puede angustiarse. Sartre concluye diciendo que la libertad es absurda, contradictoria, pues a pesar de ser imposible de determinar definitivamente, busca una determinación.
Sin embargo, otros autores han dado la vuelta a la tortilla y abierto una vía gozosa y sin náuseas.
Eckhart ya dijo que la inteligencia no es algo dado, sino que más bien es nada (yo diría: semejante a la nada), pero esto, lejos de ser un inconveniente, es una gran ventaja, ya que lo intelectual es capaz de superar su propia negación.
Ahí radica la inmortalidad del espíritu. Si fuéramos "algo", podríamos volver a la nada.
Pero al ser semejantes a la nada, del mismo modo que la inteligencia de Eckhart es distinta del simple ser, también es más que la simple nada.
Lo que intento explicar es que la persona no depende de la naturaleza. La persona es extracósmica. Lo que la ha hecho aparecer no es el universo. Si dependiera del universo podría volver a la nada, como vuelve a la nada la imaginación de un perro.
La persona depende directamente de Dios. De ahí su dignidad.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 350.5
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¿Cómo presenta Hegel la inmortalidad de la persona?
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Hegel nos ha enseñado que el espíritu es el saber de sí.
Y el poder del espíritu es la fuerza del negativo.
Si el espíritu fuera algo determinado, podría transformarse y aniquilarse.
Pero al no ser algo determinado, el espíritu sabe que no necesita distinguirse de la nada. No necesita cosas.
Polo apoya esta afirmación al decir que el espíritu sabe de la persistencia del ser y sabe que él mismo es una fuente.
La persona es un ser lleno de perfecciones propias, es subsistente, no necesita del universo.
En esto Hegel tiene razón: el espíritu es inmortal.
Esto no quita que la persona también tenga que ver con la nada.
Polo muestra que el amar personal (que es uno de los cuatro radicales antropológicos) debe actuar para "darse" a través de sus obras. Si la voluntad no quiere, nos quedamos con las manos vacías. Con nada.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351, nota 52
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Hegel nos ha enseñado que el espíritu es el saber de sí.
Y el poder del espíritu es la fuerza del negativo.
Si el espíritu fuera algo determinado, podría transformarse y aniquilarse.
Pero al no ser algo determinado, el espíritu sabe que no necesita distinguirse de la nada. No necesita cosas.
Polo apoya esta afirmación al decir que el espíritu sabe de la persistencia del ser y sabe que él mismo es una fuente.
La persona es un ser lleno de perfecciones propias, es subsistente, no necesita del universo.
En esto Hegel tiene razón: el espíritu es inmortal.
Esto no quita que la persona también tenga que ver con la nada.
Polo muestra que el amar personal (que es uno de los cuatro radicales antropológicos) debe actuar para "darse" a través de sus obras. Si la voluntad no quiere, nos quedamos con las manos vacías. Con nada.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351, nota 52
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¿Cómo afronta Polo el problema del vacío interior?
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Los filósofos existencialistas han abordado con más o menos fortuna el problema de la falta de identidad de la persona. El sentido de su existencia.
Eckhart y Hegel se apoyaron en la negatividad del espíritu para sugerir, que gracias a ese vacío (o negatividad) el hombre pude llegar a ser todas las cosas.
Polo ha abierto otra vía.
El ser de la persona humana es "además".
(No es sencillo, como el ser del universo).
No es verbo, sino adverbio.
Su intimidad, sola, es nadie, es adverbio.
Pero con su verbo, con su réplica, eso es otra cosa. Entonces somos hijos en el Hijo.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351.2
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Los filósofos existencialistas han abordado con más o menos fortuna el problema de la falta de identidad de la persona. El sentido de su existencia.
Eckhart y Hegel se apoyaron en la negatividad del espíritu para sugerir, que gracias a ese vacío (o negatividad) el hombre pude llegar a ser todas las cosas.
Polo ha abierto otra vía.
El ser de la persona humana es "además".
(No es sencillo, como el ser del universo).
No es verbo, sino adverbio.
Su intimidad, sola, es nadie, es adverbio.
Pero con su verbo, con su réplica, eso es otra cosa. Entonces somos hijos en el Hijo.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351.2
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¿Es la intimidad personal un vacío?
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La intimidad personal es un cierto vacío interior.
En su intimidad el hombre se encuentra solo.
Carece de un quién que lo llene por dentro.
Polo lo expresa diciendo que la persona humana carece de réplica en su interior.
La sabiduría humana, el saber de nosotros mismos, no es un verbo personal, no es "otra" persona, es un hábito. Es el adverbio "además".
El hombre solo es un absurdo. De ahí que busquemos el quién que nos revelará nuestra identidad.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351.2
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La intimidad personal es un cierto vacío interior.
En su intimidad el hombre se encuentra solo.
Carece de un quién que lo llene por dentro.
Polo lo expresa diciendo que la persona humana carece de réplica en su interior.
La sabiduría humana, el saber de nosotros mismos, no es un verbo personal, no es "otra" persona, es un hábito. Es el adverbio "además".
El hombre solo es un absurdo. De ahí que busquemos el quién que nos revelará nuestra identidad.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351.2
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¿Qué significa persona "creada"?
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Intentemos comprender la siguiente frase de Polo en Studia poliana, 1 (1999) p. 23 : "la persona creada significa que su intimidad no es ninguna "otra" persona.
Intimidad quiere decir apertura íntima de la persona (ver etiqueta 5.11).
Pues bien, yendo hacia dentro, la persona busca "otra" persona que le desvele su identidad.
Esa "otra" persona no existe en su interior, porque la persona humana es "creada".
Si Dios dejara de pensarla, la creatura desaparecería.
Me dirán ustedes que también el ser del universo desaparecería si Dios dejara de pensarlo. Es cierto. Pero en el caso de la persona la dependencia del Creador es mucho mayor, porque como la persona es novedad permanente, es decir, libertad, nunca se puede decir que está acabada.
La esencia del universo se cumple sencillamente una vez establecida por Dios la unidad de orden que es la tetracausalidad.
Pero la esencia humana siempre crece. En mi interior no tengo la clave de mi ser. No basta que me decida, como Heidegger, a ser auténtico, pues ignoro mi autenticidad, a no ser que me abra a la transcendencia.
Las personas divinas existen las unas en las otras, sin confusión, en unidad eterna. La persona humana es ciertamente creada porque no tiene el "otro" del que vive en su interior. Si vive es porque el "Otro" le da la vida. Es el Otro el que me hará ser, si quiero.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351, nota 53.
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Intentemos comprender la siguiente frase de Polo en Studia poliana, 1 (1999) p. 23 : "la persona creada significa que su intimidad no es ninguna "otra" persona.
Intimidad quiere decir apertura íntima de la persona (ver etiqueta 5.11).
Pues bien, yendo hacia dentro, la persona busca "otra" persona que le desvele su identidad.
Esa "otra" persona no existe en su interior, porque la persona humana es "creada".
Si Dios dejara de pensarla, la creatura desaparecería.
Me dirán ustedes que también el ser del universo desaparecería si Dios dejara de pensarlo. Es cierto. Pero en el caso de la persona la dependencia del Creador es mucho mayor, porque como la persona es novedad permanente, es decir, libertad, nunca se puede decir que está acabada.
La esencia del universo se cumple sencillamente una vez establecida por Dios la unidad de orden que es la tetracausalidad.
Pero la esencia humana siempre crece. En mi interior no tengo la clave de mi ser. No basta que me decida, como Heidegger, a ser auténtico, pues ignoro mi autenticidad, a no ser que me abra a la transcendencia.
Las personas divinas existen las unas en las otras, sin confusión, en unidad eterna. La persona humana es ciertamente creada porque no tiene el "otro" del que vive en su interior. Si vive es porque el "Otro" le da la vida. Es el Otro el que me hará ser, si quiero.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351, nota 53.
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¿Qué quiere decir que la sabiduría humana no es un verbo personal?
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La sabiduría humana es hábito del intelecto personal.
Gracias a la sabiduría el ser personal se desdobla conociéndose.
Y esa sabiduría descubre que su ser no es autónomo, que es inagotable, que es adverbio de otro verbo personal (los cristianos sabemos que es el Verbo).
La transparencia de la Sabiduría divina sí es un Verbo, el Hijo.
La transparencia de la sabiduría humana es un adverbio, un hábito personal.
El hombre sin Dios es como un rabo sin perro.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351, 2.
La sabiduría humana es hábito del intelecto personal.
Gracias a la sabiduría el ser personal se desdobla conociéndose.
Y esa sabiduría descubre que su ser no es autónomo, que es inagotable, que es adverbio de otro verbo personal (los cristianos sabemos que es el Verbo).
La transparencia de la Sabiduría divina sí es un Verbo, el Hijo.
La transparencia de la sabiduría humana es un adverbio, un hábito personal.
El hombre sin Dios es como un rabo sin perro.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 351, 2.
¿Cuál es la ganancia de la carencia de réplica?
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Eckhart afirma en su "Tratado del hombre noble" que en el fondo abisal del hombre interior se descubre la imagen de Dios.
Pero no piensen ustedes que es una imagen nítida. Se descubre a Dios como ámbito de la máxima amplitud.
La sabiduría humana alcanza a saberse inagotable y por eso busca una sabiduría superior a la propia.
La libertad recomienza sin cansancio, comunicándose al entender, que se torna hacia su tema, el Verbo divino, y comunicándose al amar donal, que espera que Dios acepte el don de nuestra vida.
La sabiduría humana gana así continuación, profundización, vida interior.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 353, 2
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Eckhart afirma en su "Tratado del hombre noble" que en el fondo abisal del hombre interior se descubre la imagen de Dios.
Pero no piensen ustedes que es una imagen nítida. Se descubre a Dios como ámbito de la máxima amplitud.
La sabiduría humana alcanza a saberse inagotable y por eso busca una sabiduría superior a la propia.
La libertad recomienza sin cansancio, comunicándose al entender, que se torna hacia su tema, el Verbo divino, y comunicándose al amar donal, que espera que Dios acepte el don de nuestra vida.
La sabiduría humana gana así continuación, profundización, vida interior.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 353, 2
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¿Cómo alcanza la persona humana a saberse incluída en el ámbito de la máxima amplitud?
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Llamamos ámbito de la máxima amplitud a la intimidad de la originaria identidad divina.
La persona lo sabe de dos modos:
Primero, al deponer su propio saber.
La sabiduría humana se alcanza a sí misma sin consumación. El entender personal busca, continuándola.
Mi verdad última depende de una sabiduría mayor que la mía. Coexisto en Dios. Su juicio es inexcusable. Es en su ámbito donde viviré eternamente, conociendome como El me conoce.
Segundo, al descubrir que somos objeto de la predilección divina.
En Introducción a la Filosofía, Polo utiliza un sugestivo argumento: la suerte que he tenido.
En efecto, hubiera bastado que otro espermatozoide se adelantara, para que naciera en mi lugar una persona diferente.
En su amplitud máxima, intereso a Dios.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 352, 2
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Llamamos ámbito de la máxima amplitud a la intimidad de la originaria identidad divina.
La persona lo sabe de dos modos:
Primero, al deponer su propio saber.
La sabiduría humana se alcanza a sí misma sin consumación. El entender personal busca, continuándola.
Mi verdad última depende de una sabiduría mayor que la mía. Coexisto en Dios. Su juicio es inexcusable. Es en su ámbito donde viviré eternamente, conociendome como El me conoce.
Segundo, al descubrir que somos objeto de la predilección divina.
En Introducción a la Filosofía, Polo utiliza un sugestivo argumento: la suerte que he tenido.
En efecto, hubiera bastado que otro espermatozoide se adelantara, para que naciera en mi lugar una persona diferente.
En su amplitud máxima, intereso a Dios.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 352, 2
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¿Es la persona un ser abierto?
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Sí. La persona es un ser abierto por fuera y por dentro.
Por fuera: co-existimos con el universo, con las demás personas, con el Creador.
Por dentro: co-existimos en intimidad, porque tenemos una apertura interior y más aún, hacia dentro, buscando nuestra identidad en Dios.
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Sí. La persona es un ser abierto por fuera y por dentro.
Por fuera: co-existimos con el universo, con las demás personas, con el Creador.
Por dentro: co-existimos en intimidad, porque tenemos una apertura interior y más aún, hacia dentro, buscando nuestra identidad en Dios.
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¿Cuál sería en esquema el conjunto de aperturas de la persona humana?
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Juan A. García González, en el artículo que comentamos, esquematiza las aperturas de la persona humana. Es didáctico.
Así dice que la persona se abre hacia fuera y hacia dentro.
El abrirse es posible gracias al desdoblarse del ser personal (cosa que no puede hacer el ser del universo, o ser que estudia la metafísica, pues es un ser sencillo).
Ese desdoblamiento se inicia al dualizarse el ser con los hábitos superiores (que Juan A. García Gz. llama entitativos) : es decir, con el hábito de los primeros principios, con la sindéresis, con el hábito de sabiduría y con la gracia.
Según la sindéresis, la persona se abre inherentemente, disponiendo del universo, por su acción.
(En este punto prefiero la terminología de Piá, que no utiliza la expresión "hacia fuera" para designar a esta apertura, sino que la llama "inherente" a la persona).
Según el hábito de los primeros principios, la persona se abre generosamente al exterior, a la creación y al Creador, reconociéndolos (no olvidemos que los primeros principios reales son tres: el ser del universo, la causalidad trascendental y el Origen).
Según el hábito de sabiduría, la persona se abre íntimamente, conociéndose.
Según la gracia, la persona se abre en Dios, hacia Dios, gozando de su filiación.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009
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Juan A. García González, en el artículo que comentamos, esquematiza las aperturas de la persona humana. Es didáctico.
Así dice que la persona se abre hacia fuera y hacia dentro.
El abrirse es posible gracias al desdoblarse del ser personal (cosa que no puede hacer el ser del universo, o ser que estudia la metafísica, pues es un ser sencillo).
Ese desdoblamiento se inicia al dualizarse el ser con los hábitos superiores (que Juan A. García Gz. llama entitativos) : es decir, con el hábito de los primeros principios, con la sindéresis, con el hábito de sabiduría y con la gracia.
Según la sindéresis, la persona se abre inherentemente, disponiendo del universo, por su acción.
(En este punto prefiero la terminología de Piá, que no utiliza la expresión "hacia fuera" para designar a esta apertura, sino que la llama "inherente" a la persona).
Según el hábito de los primeros principios, la persona se abre generosamente al exterior, a la creación y al Creador, reconociéndolos (no olvidemos que los primeros principios reales son tres: el ser del universo, la causalidad trascendental y el Origen).
Según el hábito de sabiduría, la persona se abre íntimamente, conociéndose.
Según la gracia, la persona se abre en Dios, hacia Dios, gozando de su filiación.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009
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¿Cuáles son las cuatro aperturas principales de la persona humana?
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Juan A. García Gz habla de 4 fases del despliegue de la libertad trascendental.
Yo prefiero cuando las llama 4 estados o disposiciones en los que se puede encontrar libremente la persona y que se corresponden con cada uno de los hábitos superiores.
sindéresis: apertura inherente.
hábito de los primeros principios: apertura hacia fuera.
sabiduría: apertura íntima o trascendente.
gracia: apertura transcendente.
Juan A. García Gz las llama también dimensiones de la apertura de la persona.
Como ven, Polo es lo más alejado del ser macizo, monolítico, parmenídeo o hegeliano.
El ser vive al aire libre.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 344.2
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Juan A. García Gz habla de 4 fases del despliegue de la libertad trascendental.
Yo prefiero cuando las llama 4 estados o disposiciones en los que se puede encontrar libremente la persona y que se corresponden con cada uno de los hábitos superiores.
sindéresis: apertura inherente.
hábito de los primeros principios: apertura hacia fuera.
sabiduría: apertura íntima o trascendente.
gracia: apertura transcendente.
Juan A. García Gz las llama también dimensiones de la apertura de la persona.
Como ven, Polo es lo más alejado del ser macizo, monolítico, parmenídeo o hegeliano.
El ser vive al aire libre.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 344.2
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¿Por qué llamamos "apertura" a la dualidad?
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Porque la persona se abre precisamente porque es dual. Se abre al desdoblarse con sus hábitos.
El ser primero, que es la persistencia del universo, es sencillo, no está abierto y no se abre, no coexiste, no se desdobla. (ver etiqueta 1.1.1).
El ser segundo (la persona humana) sí se desdobla, es dual. Y es esa dualidad la que le hace abrirse hacia fuera y hacia dentro, coexistiendo con los demás y en Dios.
Son los hábitos superiores los que hacen nacer esa dualidad, los que abren a la persona, digámoslo esquemáticamente, hacia fuera (sindéresis y hábito de los primeros principios) y hacia dentro (sabiduría y gracia).
Dualidad es apertura.
No es bueno que el hombre esté solo.
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Porque la persona se abre precisamente porque es dual. Se abre al desdoblarse con sus hábitos.
El ser primero, que es la persistencia del universo, es sencillo, no está abierto y no se abre, no coexiste, no se desdobla. (ver etiqueta 1.1.1).
El ser segundo (la persona humana) sí se desdobla, es dual. Y es esa dualidad la que le hace abrirse hacia fuera y hacia dentro, coexistiendo con los demás y en Dios.
Son los hábitos superiores los que hacen nacer esa dualidad, los que abren a la persona, digámoslo esquemáticamente, hacia fuera (sindéresis y hábito de los primeros principios) y hacia dentro (sabiduría y gracia).
Dualidad es apertura.
No es bueno que el hombre esté solo.
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¿Son duales los radicales personales?
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Sí.
Todo en el hombre es dual.
Juan A. García Gz esquematiza la dualidad de cada radical, de cada trascendental personal, diciendo :
el co-ser, se abre hacia fuera y hacia dentro;
la libertad es nativa y de destinación;
el intelecto personal alcanza y busca;
el amar personal acepta y da.
Bello esquema.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345
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Sí.
Todo en el hombre es dual.
Juan A. García Gz esquematiza la dualidad de cada radical, de cada trascendental personal, diciendo :
el co-ser, se abre hacia fuera y hacia dentro;
la libertad es nativa y de destinación;
el intelecto personal alcanza y busca;
el amar personal acepta y da.
Bello esquema.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345
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¿Por qué Polo habla de la persona en futuro?
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Debido a su ser inacabable.
La persona humana se proyecta hacia un futuro que permanece siempre como tal y no permite anticipación, pues se repone constantemente como futuro.
La persona humana "no es, sino que más bien será" (ATI, p.210).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345.3
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Debido a su ser inacabable.
La persona humana se proyecta hacia un futuro que permanece siempre como tal y no permite anticipación, pues se repone constantemente como futuro.
La persona humana "no es, sino que más bien será" (ATI, p.210).
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 345.3
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¿Qué gana la persona humana al ser dual?
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Gracias a la dualidad, el ser personal humano no es sencillo, como el ser del universo, sino que siempre se desdobla, es inagotable.
De ahí que pueda abrirse y co-ser con otras personas.
La dualidad abre la persona a la co-existencia y por consiguiente a la comunión.
Somos capaces de amor, que es ganancia pura.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009 p. 340.2
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Gracias a la dualidad, el ser personal humano no es sencillo, como el ser del universo, sino que siempre se desdobla, es inagotable.
De ahí que pueda abrirse y co-ser con otras personas.
La dualidad abre la persona a la co-existencia y por consiguiente a la comunión.
Somos capaces de amor, que es ganancia pura.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009 p. 340.2
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¿Por qué Dios nos ha creado duales?
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Dios nos ha creado abiertos por dentro y por fuera gracias a las dualidades de nuestro ser personal.
Así podemos añadirnos, si queremos, a su Vida.
Él lo desea ardientemente.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009 p. 340.3
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Dios nos ha creado abiertos por dentro y por fuera gracias a las dualidades de nuestro ser personal.
Así podemos añadirnos, si queremos, a su Vida.
Él lo desea ardientemente.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009 p. 340.3
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