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El "yo" no es el "acto de ser" humano.
Forma parte de la esencia humana.
Es su ápice.
Dicho de otra manera, es el puente entre el "acto de ser" y las manifestaciones humanas (esencia).
Esto no quiere decir que no pertenezca a la persona humana.
Tras dos intervenciones de Juan A. García González, he quitado el "no" con que comenzaba la respuesta para no inducir al error de pensar que el yo no pertenece al ser personal : la persona está vinculada con su yo.
El yo es un hábito innato de la persona. Del intelecto personal.
El yo es imprescindible para completar la estructura donal de la persona humana.
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2 comentarios:
El yo es el ápice de la esencia. Pienso que esa palabra designa justamente su dependencia de la persona. Por eso ese ápice es un hábito innato, el de sindéresis: hábito innato al ser personal.
El yo se distingue de la persona, entonces, porque depende de ella.
La precisión que intento aportar es que más que de separar ambas cosas, la distinción tiene el sentido mismo de vincularlas: de hacer depender la esencia de la persona: es la esencia de la persona humana. ¿Sirve?
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Claro que sirve !
Muchas gracias.
Me quedo sobre todo con la precision de que es un habito de la persona humana.
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