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1. El co-ser es el subir incesante hacia Dios (de ahí la dignidad de cada persona humana). Gracias a su elevación el acto de ser personal (co-ser) es “actuoso”, “además”, se añade, encontrando cada vez más compañía.
2. La libertad es el juego. El trascendental
“libertad personal” es elevado jugando. Cuanto más alta está la persona, mejor
juega. La libertad trascendental es el juego del amor, que engendra, en la
belleza, nuevos juegos.
3. El entender personal crece al crecer
transparentemente sus contenidos, al abrirse el panorama en la medida en que
toma altura, elevado por Dios.
4. El amar personal es elevado en la medida
en que Dios acepta su don, al destinarse libremente a Dios.
1. El co-ser es el subir incesante hacia Dios (de ahí la dignidad de cada persona humana). Gracias a su elevación el acto de ser personal (co-ser) es “actuoso”, “además”, se añade, encontrando cada vez más compañía.