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La "libertad como donación" de la que habló Ángel Luis González, es una libertad a tres: Dios que llama, la persona que responde, y su yo que constituye el don.
La persona humana manifiesta, con su yo, su querer libre.
El crecimiento del co-ser
(el crecimiento del acto de ser personal) es un obedecer inteligente, porque
quiere, al Don de Dios, a su destino.
Es crecimiento, a la vez,
de libertad, entender y amar.
Siempre mediados por nuestra esencia (nuestro yo libre).
Estamos orientados
donalmente, (tenemos una vocación, un destino) pero libremente nos debemos
dirigir "hacia" el Don que Dios nos da.
Hay algo “de” la persona
que se añade al Don de Dios, configurando su Destino.
El Destino está en nuestras manos.
Es un Don-don
Adam Solomiewizc en la nota 27 del resumen de su tesis, habla de
una estructura donal tercera en la que al Don primero se le añade lo
sobrenatural.
A mi entender, ese añadido, es la anticipación de la gloria que vivimos con nuestra visión sobrenatural.
Don divino – Don humano.
El Don-don deviene Don-Don.
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Sin embargo, tenemos la posibilidad de negarnos (si no otorgamos), y ese trascendental "no otorgar" se manifiesta como una disposición (la disposición es uno de los cuatro modos de la esencia humana. Esos cuatro modos son: manifestar, disponer, iluminar y aportar).
Seremos juzgados por
nuestro Destino.
Si no estamos dispuestos a entrar en nuestra morada…, pues no entraremos.
Gracias al mito del ascensor acristalado podemos entender el crecimiento de
la persona humana. Se trata de una Página del Blog a la que se accede desde
este enlace : https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/el-mito-del-ascensor-acristalado.html
La "libertad como donación" de la que habló Ángel Luis González, es una libertad a tres: Dios que llama, la persona que responde, y su yo que constituye el don.
La persona humana manifiesta, con su yo, su querer libre.
Siempre mediados por nuestra esencia (nuestro yo libre).
El Destino está en nuestras manos.
Es un Don-don
A mi entender, ese añadido, es la anticipación de la gloria que vivimos con nuestra visión sobrenatural.
Don divino – Don humano.
El Don-don deviene Don-Don.
Sin embargo, tenemos la posibilidad de negarnos (si no otorgamos), y ese trascendental "no otorgar" se manifiesta como una disposición (la disposición es uno de los cuatro modos de la esencia humana. Esos cuatro modos son: manifestar, disponer, iluminar y aportar).
Si no estamos dispuestos a entrar en nuestra morada…, pues no entraremos.
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