La
apertura transcendente tiene cuatro dimensiones:
1.
la gracia personal inicial originaria, humildad
o abajamiento primero;
2.
la esperanza, amanecer o alianza primera;
3.
la fe, alumbramiento o luz primera;
4.
la caridad o arrullo.
El primer abajamiento
o humildad trascendental, equivale a la verdad del co-existir personal. La
humildad es la verdad.
El
amanecer de la persona equivale al destinarse de la
libertad.
El
alumbramiento equivale a la búsqueda intelectual del destino
personal.
El
primer arrullo equivale a la búsqueda amorosa del encuentro
con Dios.
Aunque
utilicemos el mismo nombre, no deben confundirse la humildad, la esperanza, la
fe y la caridad de las que aquí hablamos (aperturas transcendentes), con las virtudes a nivel esencial, y tampoco
con las virtudes sobrenaturales de las que habla la teología.
Asimismo
no se ha de confundir la originaria gracia personal inicial (el primer
abajamiento) con la gracia santificante de la teología.
Para
mejor entendernos propongo que hablemos de virtudes teologales (fe esperanza, caridad,
gracia santificante), que son "sobrenaturales" y aperturas "iniciales" (humildad o gracia
inicial, fe, esperanza y caridad iniciales), que son naturales.
Las virtudes infusas teologales
las estudiaremos en la etiqueta 12.8.0 y también en la etiqueta 5.16.2, en
tanto que "nueva" creación.
.
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