Hegel no sabe cantar.
Hegel aspira a una
especie de contemplación "terminativa" de la verdad, y sienta una
equivalencia de la verdad con su contemplación especulativa.
Se queda corto.
Primero porque la
verdad no es lo primero. (Lo primero es el ser).
Y segundo porque la
verdad no es lo último. (Lo último es el Amor).
Cuando uno encuentra
su verdad personal (su vocación) ha de vivirla (esencia o manifestación
dispositiva humana), y al vivirla, la verdad se despliega como canto a partir
de su encuentro.
Los ángeles cantan.
Para saber más pueden ustedes leer: Polo, "La verdad como
inspiración", en La persona humana y su crecimiento, p. 201.3
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