Don nadie es el señor que se aleja de Dios.
El adverbio que huye del Verbo.
Trascendentalmente, el demonio es la personificación de la caída, de la mentira.
Y la caída del ser personal es una de las etapas trascendentales que se pueden alcanzar gracias al autotrascendimiento.
Platón lo vió.
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