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Sí.
Porque el pensar y lo pensado son lo mismo en estricta simultaneidad.
El acto de pensar ha alcanzado "ya" su fin.
No se trata de construir una casa, ladrillo a ladrillo. Conocer no es una relación adquisitiva o constructiva, no es un intento: no es ir a lo conocido, sino que "ya" se posee lo conocido.
Correlativamente, Aristóteles dice: mover y movido. El mover y lo movido son distintos pues lo movido es en el tiempo. No se construye de una vez, sino que hay que ir construyendo ; el movimiento de construir, en este sentido, es continuo: un paso detrás de otro. En cambio, el acto de conocer no es continuo, porque, si se conoce, "ya" se conoce.
Entre el mover y lo movido no hay unidad en acto, porque mientras se está ejerciendo el mover, lo movido todavía no es perfecto, no ha llegado al término.
La casa no está todavía en el acto de construir. Cuando la casa está, ya no se construye más.
El acto de conocer sí que no se detiene cuando se posee lo pensado.
Lo conocido está en el mismo acto de conocer. Lo pensado está presente al pensarlo.
Pensar no es humo que va saliendo del cerebro.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.75
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