¿A qué llamamos "intimidad" teniendo en cuenta el carácter de apertura?

 

Polo llama "intimidad" a la persona humana.

 

Y lo hace para señalar que el ser humano está abierto por dentro. Es “intimidad”.

La persona humana o lo que es lo mismo el acto de ser humano, está abierto por dentro y es dual en todas sus dimensiones.

 

La dualidad radical más íntima es la dualidad nacer-destinándo.se (el nacer-destinar de Adam Solomiewicz)

 

Polo habla, sin embargo, de otra dualidad, íntima, entre dos aperturas:

la apertura "interior" y la apertura "hacia adentro".

 

La apertura interior es la dualidad entre dos trascendentales personales: la coexistencia (co-ser) y la libertad.

 

La apertura hacia adentro es la dualidad entre los otros dos trascendentales personales descubiertos por Polo: el conocer personal y el amar personal.

 

Abarcamos así la complejidad del ser humano, pues los cuatro trascendentales personales (coexistencia, libertad, conocer y amar personal) son íntimos, y están abiertos, son "duales".

 

Dicho esto, Polo no tiene reparo en llamar “intimidad” también al trascendental "coexistencia", co-existir trascendental, o "co-ser". Al fin y al cabo los trascendentales personales se convierten, y mejor que los metafísicos.

Jorge Mario Posada también propone llamar “intimidad” al trascendental co-existir.

 

Es decir, a veces Polo llama "intimidad" al trascendental personal "co-ser" y otras veces al conjunto de dualidades íntimas del ser personal.

 

Este conjunto está formado por: la apertura interior y la apertura hacia adentro.

La apertura interior es la dualidad entre la coexistencia trascendental y la libertad trascendental.

Y la apertura hacia adentro es la dualidad entre el Intelecto personal y el Amar personal.


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¿Cuatro o tres trascendentales personales?

 .


Mi buen amigo el profesor Sellés testimonia que Polo, al final de su vida, sostuvo que se había equivocado al formular los cuatro trascendentales personales.

Y mantuvo que son tres:

La coexistencia libre,

El conocer personal,

El Amar personal.

 

Pues no consideraba que la coexistencia fuese suficientemente distinta de la libertad, porque una coexistencia que no fuese libre no sería personal.

 

A mi entender, pienso que debemos mantener que los trascendentales personales son cuatro.

Entre otras cosas porque voces autorizadas afirman que la libertad, temáticamente considerada, es un tema que no remite a otro tema, sino que sólo ratifica su valor metódico. 

Se ajusta sólo con el futuro. 

Y siendo así se abre a Dios en esperanza (en esto Sellés estará de acuerdo).

Eso distingue la libertad personal de los otros trascendentales, que temáticamente remiten, en último término a Dios pero de otra manera.

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No dudo del testimonio de Juanfer, pero prefiero mantener lo que Polo sostuvo por escrito.

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Aprendí del profesor Juan A. García González los pasos que hay que dar para abandonar el límite mental en su tercera dimensión.

Pongo aquí el enlace a un curso en el que lo explica.

 https://www.youtube.com/watch?v=XfdNOuUnFvM

En el primer paso detectamos el carácter de además: sabemos que somos coexistentes.

En el segundo paso alcanzamos que somos un coexistente libre (tal como dice Sellés).

 Hemos alcanzado los dos primeros trascendentales personales : coexistencia y libertad personal.

 Hemos alcanzado la apertura interior, compuesta por los trascendentales coexistencia y libertad personal.

 

En el tercer paso nos damos cuenta que la persona es más (valor metódico del carácter de además) y ese ser más remite a otros dos trascendentales, el intelecto personal que se busca y el amar donal que espera aceptación.

 

Estos dos trascendentales superiores componen la apertura hacia adentro.

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Los cuatro trascendentales se convierten entre sí jerárquicamente.

En los cuatro aparece el carácter de además.

En los cuatro aparece el carácter filial.

¿Qué es un trascendental?

 


Un trascendental es una propiedad pura del ser.

 

Los trascendentales metafísicos (ser, verdad, bien, belleza) son equivalentes y abarcan toda la realidad del universo.

Se distinguen en que cada uno hace referencia a una relación.

 

Los trascendentales antropológicos descubiertos por Polo (co-ser, libertad personal, entender personal, amar personal), abarcan todas las realidades personales, son equivalentes.

Se distinguen en que cada uno se abre “libremente”.

 

Los trascendentales metafísicos no se abren libremente. Aunque la vaca esté abierta a la hierba, esta apertura es necesaria.

La persona (el acto de ser personal) se amplía libremente dándose (libremente) a la comida que ama.

 

Este adverbio (libremente) justifica lo que el profesor Sellés repite: el co-ser y la libertad personal son un solo trascendental y no dos.

Sin embargo, por ahora, yo sigo pensando que el co-ser es un trascendental distinto de la libertad personal (aunque equivalente).

Y lo digo porque me parece que el co-ser viene del nacer de Dios que nos crea a su imagen.

El aceptar trascendentalmente  ese nacimiento, aunque es libre, no es lo mismo que el abrirse libremente buscando corresponder.

 

¿Qué les parece a ustedes?

¿Cómo propone don Ignacio Falgueras entender la vida?

 .

 

Ignacio Falgueras propone entender la vida, según Polo, como "una distinción, realmente activa, en la unidad".

 

Fíjense bien, pues es realmente hermoso : ¡“la unidad”! La riqueza de la unidad.

 

Unidad rica que acoge en su interior las distinciones activas (coactos), según la riqueza de cada viviente.

 

Distinción activa, que no es diferencia, sino dependencia.

La “diferencia” es algo pensado. No es real.

Lo real es la dependencia que el viviente es. Dependencia del Origen, según la intensidad de su acto de ser.

Acto de ser que crece siempre hacia la unidad.

 

"Realmente activa" significa que no se trata de una distinción de razón, sino una unidad real de actos ya sean extramentales, o cognoscitivos o donales (actividades también reales).

 

 Pueden ustedes encontrar en este blog una Página muy extensa sobre la vida. Basta pinchar aquí :

https://preguntaspolianas.blogspot.com/p/la-vida.html

 

Este artículo fue publicado en Miscelánea poliana en 2020 : https://www.leonardopolo.net/docs/MP69-F.pdf



¿Cómo explicar la visión tripartita de la dimensiones de cada hombre o de cada mujer?




Cada mujer o cada hombre tienen tres dimensiones:

1. Su cuerpo (Polo lo llama a menudo naturaleza humana) y lo hemos recibido de nuestros padres.
 
2. Su alma (es la esencia creciente de cada hombre o mujer). El alma crece porque el espíritu que somos activa sus potencialidades. Por eso podemos decir que el alma es manifestación del ser o del espíritu que somos cada uno.
 
3. El espíritu. Este espíritu es la “persona”, el acto de ser personal. La persona es el núcleo del ser humano que crece hacia adentro, abriéndose a Dios, y crece hacia afuera esencializando el mundo (es decir, haciendo crecer su alma, al coexistir con el universo y con los demás).
 
Polo, cuando empieza a encarar lo humano suele poner una visión o una concepción tripartita:
 
1. A la dimensión  inferior la llama cuerpo, o muchas veces  “naturaleza humana” (recibida de nuestros padres)
 
2. A lo intermedio, que es una franja inmaterial de lo humano, la llama esencia humana.
La esencia humana es muy compleja porque tiene una parte activa y una parte potencial (las potencias inmateriales del alma). Y la llama esencia en la medida en que va siendo perfeccionada o activada sobre todo con la adquisición de hábitos intelectuales y de virtudes de la voluntad
 
3. La tercera dimensión humana la llama persona o  acto de ser.
 
Esa visión tripartita  tiene su correspondencia bíblica pues la distinción cuerpo, alma y espíritu aparece  en muchas partes de la Biblia.
 
 
https://www.youtube.com/watch?v=InRFobbeYxo Ver el audio a partir del minuto 14 al 17.
 

¿Es lo mismo persona que hombre (o mujer)?

 


No.

La “persona”, sin más, según Polo, es el acto de ser personal. Es el “espíritu” de la persona humana. La dimensión más alta y profunda del hombre.

 

Mientras que “hombre” o “mujer” hace referencia a las tres dimensiones de la persona humana: cuerpo, alma y espíritu.

Persona no es la “totalidad” de cuerpo, alma y espíritu, sino solamente el espíritu, el acto de ser personal.

 

Adán y Eva son dos personas, los dos tienen una naturaleza humana, aunque cada uno la tiene incompleta.

 

Dios no crea personas imperfectas, de ahí la dignidad de cada persona. Cada persona no es “algo” sino “alguien”.


La naturaleza humana al no agotarse en cada persona, debe crecer gracias a la activación de la “persona”.

Cada hombre y cada mujer están llamados a crecer y es precisamente el acto de ser personal, que Polo llama también “intimidad”, el activador del crecimiento.

 

 

Pueden ustedes escuchar el Audio de Juan Fernando Sellés a partir del minuto 1 y 13 segundos :

https://www.youtube.com/watch?v=InRFobbeYxo  

¿Por qué el nacer de Dios me exonera de réplica?

 


Porque tengo la Réplica dentro : soy hijo en el Hijo. Mi Réplica es el Hijo.

Y también tengo Réplica fuera : La Santa Humanidad de Jesús.

¿Cuál es la clave para comprender rectamente quién es el hombre?



El hombre es persona

El ser personal es la clave para comprender rectamente quién es el hombre. 

El radical personal es la más importante aportación cristiana a la filosofía universal. 

Sin el acceso metódico a esta dimensión humana, sólo con el radical clásico (la naturaleza racional) y el radical moderno (el principio del resultado), la antropología trascendental resultaría imposible"

 https://leonardopolo.ch/antropologia/#:~:text=El%20hombre%20es,trascendental%20resultar%C3%ADa%20imposible

Próximamente ¿Quién es el hombre?

 


Buenos días. En septiembre inicia un nuevo curso académico.

Este año 2024 tendremos la suerte de que Juanfer podrá comentarnos el libro de Polo ¿Quién es el hombre. Un espíritu en el tiempo (OC, Vol. X).

Es una gran suerte porque es uno de los libros más adecuados para crecer personalmente:

1) en cuanto capacidad de pensar

2) como posibilidad de reflexionar sobre lo obvio -el ser, la vida, la persona, el yo, el cuerpo, el hombre-, lo que se da por descontado y que, porque se da por descontado, uno se olvida de ello a la hora de pensar, llevando a la gran mayoría de la gente que conocemos a tener ideas des-orientadas [porque uno se ha olvidado de lo fundamental]

3) como posibilidad de afrontar el futuro que tenemos por delante: la III Era. Es la primera vez en la historia que tenemos que afrontar unos cambios tan radicales: el digital se salta el espacio y puede reformular el tiempo, abriendo las puertas a la realidad virtual

4) como posibilidad de detectar el limite mental en condiciones de abandonarlo: es el camino hacia la antropología trascendental

5) como indicaciones para vislumbrar nuevos horizontes teológicos y espirituales. La teología necesita un lenguaje antropologico para expresarse. En estos momentos aparece como estancada porque sigue utilizando una antropología clásica. Por eso, entre otras cosas, no consigue armonizar la ascética con la mística. La antropología trascendental, en cambio, pone los instrumentos para obtener su unidad [dual]

6) como ayuda para descubrir lo divino que se encuentra en nosotros: redundancia personal sobre el yo


Espero que nadie se des-anime y que los que puedan, se animen a enviar este WhatsApp (u otro parecido) a sus amistades, animándoles a que se añadan a nuestro grupo en este recorrido super interesante que pensamos realizar en los próximos meses.


Louis Cardona

¿Crece Dios? El crecimiento originario.

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Dios no crece según la idea que tenemos de

crecimiento. Dios es Acto puro.


Dios es Amor que irradia su Gloria, hacia dentro y

hacia fuera.

Dios es superior al crecimiento.

«¿Qué pasa con la Trinidad? No crece, porque la Trinidad es origi­naria y Ser Originario es más que crecer». Persona y libertad, p. 158.

La inagotable actividad (siempre "además"), que seguiremos teniendo o siendo en el Cielo, se debe a que, al ser segunda, la persona se corresponde, en comunión, con la Vida de Dios.
Bien entendido, no se trata de que Dios “crezca” adquiriendo perfecciones que no tenía antes, sino que Dios es como llama de fuego, siempre en actividad. Amor.

La Vida divina no es como la de las criaturas. Las criaturas, reciben lo que no tienen, a lo más, aceptan libremente.
Dios es Dar, Aceptar, Don, sin separación ni confusión ni orientación.


Polo dirá que el crecimiento del acto de ser personal humano sólo se explica si Dios es también, a su modo, un ser creciente: ‘crecimiento originario absoluto’, como él lo llama.

Dios es la fuente del crecimiento, en Él se origina el crecimiento trascendental, porque Él mismo es puro crecer.
Eternidad siempre viva, eternidad siempre rebrotante, eternidad siempre joven, crecimiento trascendental originario.

Textualmente: "Un crecimiento que no implica un crecer respecto de algo más pequeño, que no implica un desarrollo, sino que es el hiper-crecimiento. Hay que verlo más por esa línea, un acto rebosante que no tiene nada que alcanzar. Por así decirlo, como no poseído –aunque la noción de posesión tampoco es exactamente divina–, hay que cambiar un poco las coordenadas y ver a Dios como acto puro, que es verlo como crecimiento originario… Un Dios estabilizado estáticamente como un todo, a mí no me resulta muy claro”.

Investigación poliana de los diversos tipos de tiempo

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Artículo de Juan A. García Gz sobre la “Investigación poliana de los diversos tipos de tiempo” Studia Poliana 8, 282.

 Recojo aquí una síntesis:

 

“A raíz de la interpretación nietzscheana del tiempo, Polo profundiza en la realidad del tiempo.

Sigue a Aristóteles: "el tiempo pertenece al movimiento".

 

En consecuencia, habrá tantos tipos de tiempo como de movimiento.

 

Salvo el Acto Puro, toda realidad es temporal. En Dios, el crecimiento es absoluto “originario”. Origen del movimiento, sin movimiento, por ser Amor puro.

 

Al atender a esta tesis el lector puede sostener que la deuda de Polo con Heidegger parece manifiesta. Sin embargo, el pensador alemán no distingue entre tipos de tiempo físicos, ni tampoco entre tipos de tiempo humanos. En especial, desconoce el tiempo propio del acto de ser personal humano o tiempo del espíritu.

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El tiempo físico. Polo distingue varios tipos de tiempo físico: retrasante, veloz, sincronía y después.

 

El tiempo físico se mide según el antes y el después.

Veámoslos:

El tiempo elemental. Es un tiempo sin espacio, y lo llama antes. Es el propio del movimiento retrasante que caracteriza al cosmos antes del Big-bang.

 

El espacio-tiempo, que se inaugura con el Big-bang, propio del movimiento al que llama veloz.

 

La sincronía, tiempo propio de la vida corpórea, cuyas formas elementales son la funciones práxicas (nutrición, reproducción, desarrollo), y las formas superiores son las potencias orgánicas o facultades sensibles a las que Polo caracteriza como sobrante formal.

 

El tiempo del acto de ser del universo, es el después.

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El tiempo humano: <con tres dimensiones> actualidad, apertura de la esencia y futuro no desfuturizado.

 

Veamos esas tres dimensiones:

El tiempo articulado, característico de la presencia mental, o abstracción que articula el tiempo. Lo describe como actualidad.

 

El tiempo de la esencia humana (el tiempo de la vida esencial humana), en el que se aprecia que la esencia se abre al futuro por medio de los hábitos adquiridos y, sobre todo, por las virtudes.

 

El tiempo de la persona humana, o tiempo del espíritu o acto de ser personal, al que Polo describe como futuro no desfuturizado. »

 

Pues bien, como se puede comprobar, los tipos de tiempos son jerárquicos.

Ricardo Yepes gustaba hablar de la escala en la que no se pueden quitar los travesaños inferiores pues todo de derrumbaría.

No tener en cuenta los tiempos inferiores, anularía el tiempo de la persona humana.

La persona humana, en su crecimiento y en sus juegos, no deja nunca atrás su esencia, y tampoco el universo físico en el que nació (su antes y su después).


¿Existen diferentes tipos de tiempo físico?

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Sí.

El antes o tiempo “retrasante”.

El espacio-tiempo o tiempo “veloz”.

La sincronía.

y

El después
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¿Existen diferentes tipos de tiempo humano?

.


Sí.

El tiempo articulado o “actualidad”,

el tiempo de la esencia humana y

el tiempo de la persona humana o el futuro no desfuturizado.


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¿Qué significa "ser"?

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"Ser" es lo estable, lo que no es mordido por el tiempo.

El "ser", la estabilidad del ser,  es plural. No es un monolito. Ser se dice de diversas maneras.

No es lo mismo el ser increado que el ser creado. El ser creado, siendo estable, tiene también inestabilidad, movimiento, tiempo.

No es lo mismo el ser que es Dios, que el ser humano, o que el ser del universo.
Dios no cambia. El ser humano y el ser del universo cambian, pero de modo diverso.

Y no es lo mismo el ser como acto, que el ser como esencia. La esencia es, pero lo es dependiendo del acto de ser.
El acto de ser es más estable que el ser de la esencia.

El ser como acto (acto de ser), es, pues, plural:
Ser Originario (Dios);
ser "además" (ser humano);
ser persistente (el ser del universo físico estudiado por la metafísica).

El ser como esencia es también plural:
Esencia divina;
esencia humana (la vida creciente de cada quién);
esencia del universo físico (o despliegue de la tetracausalidad).


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¿Qué es “enamorear”?

 


Enamorear” es un neologismo creado por Louis Cardona (profesor de la universidad libre e internacional de las Américas) para indicar el “Aceptar divino” encriptado en la persona humana.
 
Propuso este neologismo en la Revista de Estudios Filosóficos polianos, n. 13.

Presten atención pues es muy sugerente: Dios está loco de amor por cada uno.

Nos “acepta” divinamente.

Nos ha creado para ello.

 

Ese aceptar divino vive en el corazón de la persona. Encriptado.

Gracias al Espíritu Santo podemos destriparlo y enamorarnos de Dios.

Vale la pena.


¿Significan lo mismo enamoramiento y amor?

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Es usual decir que el enamoramiento es una etapa de obnubilamiento que debe dar paso a la claridad del amor.

No estoy completamente de acuerdo con esta visión que ve el enamoramiento como un paso previo, ingenuo, que debe desaparecer al llegar a la madurez.

Por otra parte, y en sentido contrario, es también usual decir que se debe volver al primer amor, o que hay que quererse como novios. Mi opinión está más cerca de esta segunda versión del enamoramiento.

Para mí, amor y enamoramiento significan lo mismo.
Dicho rápidamente: o el amor es enamorado, o no es amor.

También es cierto que para mí el enamoramiento y el amor verdadero es el enamorarse de Dios (el amor entre varón y mujer no da para tanto).


Hagamos algunas aclaraciones: que el enamoramiento significa descubrir que el otro (o la otra) es necesario.
El enamoramiento tiene el carácter de un acontecimiento en forma de encuentro (es un encontronazo). Uno "se cae" en la situación de enamorado. Es una "eventualidad imprevista": se cae en el amor.

No es un acontecimiento deliberado, surgido por las vueltas que el varón, por ejemplo, le da en su cabeza a la presencia de la mujer. Se trata de un acontecimiento cu­riosísimo y que tiene lugar instantáneamente: es un descubrimiento fulgurante. En un momento, uno dice: ésta o ninguna. Por eso no es “genérico”, ya no es «la hembra de la especie», sino que es «ésta»; y «ésta» como realidad personal.

Esta si­tuación de enamorado es querida y, al mismo tiempo, remite a la otra persona como nece­saria: no puedo pasarme sin ella.
Cuando alguien está enamorado de una mujer es que no puede pasarse sin «esa» mujer (casarse por dinero o por motivos sociales está fuera de cuestión aquí).
Enamorarse de una mujer es darse cuenta de que uno no puede pasarse sin ella.

Si el amor no fuera correspondido habría que matarlo.
Pues nos daríamos cuenta que el otro (o la otra) no son tan necesarios como creíamos (pues no son en realidad  nuestra réplica).

El Amor de Dios sí que es enamorado (siempre correspondido).
Y el amor del matrimonio es símbolo real de ese Amor. De ahí su fruto y su sabor.
El amor del matrimonio es camino del Amor.

Los santos viven ya enamorados del Amor.


Ideas inspiradas en la pregunta nº 26 de "ANALÍTICA DEL AMOR". Entrevista de Juan Cruz Cruz con Leonardo Polo, que pueden ustedes encontrar en el nº 33 de la revista Miscelánea poliana.


https://www.leonardopolo.net/serie-filosofia-33-2011/

Para saber más vayan a las etiquetas de este blog:
18.1.1 analítica del amor;
1.2.2 amor;
1.13.0 familia y amor;
6.9.6 enamoramiento;
6.4.0 símbolos

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¿Cuál es el sentido del obrar humano?

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El sentido del obrar humano es constituir el don que su "amar personal", solo, es incapaz de aportar.

Recordemos que el "amar personal" es uno de los cuatro radicales de la persona humana, por lo tanto se convierte trascendentalmente con la persona.

Pues bien, la persona sabe de su Creador, pero no sabe lo que su Creador espera de ella.

Y lo que espera se refiere a otras personas.

Pongamos un ejemplo: Dios espera de ti que me ayudes (porque me quiere). Entonces tú, te pones a escribirme una carta.

¿Comprenden ustedes?

La carta es tu obra, tu don, que Dios aceptará porque le agrada que me ayudes.

El obrar humano tiene así un sentido donal.

Ofrecemos dones a Dios con los regalos al prójimo. Sirviendo. Trabajando (porque los regalos no llueven del cielo)



Glosa a Juan A. García González: Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 349.2
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¿Cómo se manifiesta la persona humana?

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La persona humana se manifiesta mediante su  acción práctica.
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Definición de "aceptar"

 

Aceptar en la Antropología trascendental poliana es el elemento primero de la tríada amorosa del trascendental Amar donal”.

La tríada es Dar-Don-aceptar. 

Dios da el Don del acto de ser, que es “aceptado” por la persona. 

Pero, atención, esta aceptación no es un acto de la voluntad sino precisamente la creación de la persona. 

Siendo la persona humana “libre”, la aceptación de la creación se manifiesta según los actos de su voluntad (es el dar humano en lo que llamamos estructura donal segunda).

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¿Puede una persona en coma amar a Dios?

 


Sí, porque en el Amor, la aceptación es superior al dar.

Esa persona ha aceptado y se ha abandonado en Dios. Esa aceptación es su dar.

Y Dios acepta su vida, que sigue creciendo, en su estado comatoso.

¿Por qué es importante la etiqueta 5.2 "Preguntas sobre los trascendentales"?

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Porque la filosofía quiere alcanzar lo último y lo último es lo trascendental.

Lo realmente trascendental es Dios.
Dios es el Dar supremo.

Llamamos, con Falgueras, trascendentales incondicionales o supremos a las actividades supremas de Dios :
Ser supremo,
Entender supremo,
Amar supremo.

En antropología, los trascendentales descubiertos por Polo son cuatro:
La co-existencia;
La libertad trascendental;
El intelecto personal;
El amar donal (amar y aceptar personales);

Los trascendentales metafísicos son también cuatro
el ser (esse),
la verdad (verum),
el bien (bonum)
y la belleza (pulchrum), aunque este último Polo no lo tematiza explícitamente.


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¿Qué es abstraer?

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Abstraer es "presentar".

Presentar es articular el tiempo físico, pasado y futuro, desde la "presencia" mental.

Lo abstraído no es temporal, la abstracción "puede" con el tiempo físico, articulándolo.

El acto de abstraer es "la presencia mental" y el objeto abstracto es "lo poseído".

Lo presentado está al margen del tiempo físico: no es afectado por él, porque la presencia mental de la que depende tampoco es física.

La presencia mental se puede describir según la "simultaneidad".
Lo presentado es "a la vez" que el presentar.


Se habla de esto en Juan Fernando Sellés. Antropología para inconformes p.280.3

Para saber más:
Etiqueta 1.12 el tiempo

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¿Qué es la epagogé?

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La noción aristotélica de epagogé es traducida a veces como inducción.

Se dice que así como la deducción es ir de lo más alto a lo más bajo (los silogismos: premisa mayor, premisa menor, conclusión), la epagogé sería lo contrario, es decir, sería ir de lo particular a lo general, y la llaman inducción.

Pero la noción de epagogé de Aristóteles no se reduce a eso pues Aristóteles habla de distintos modos de epagogé (dice que se emplea, entre otros modos, cuando se abstrae, y también en ética, o para conocer los primeros principios).

Aristóteles utiliza la noción de epagogé para designar un conocimiento que no es demostrable, que no es deducible, sino que es un conocimiento creciente, que llega a más.

Podéis comprender fácilmente por qué Polo utiliza esta noción para explicar cómo se conoce la esencia humana (la vida humana que es creciente).

En rigor, epagogé no significa, pues, inducción.

Más que una inducción metodológica, epagogé es el conocimiento de lo complejo, el conocimiento que crece estableciendo una correlación entre datos y fijándose especialmente en que los datos no se pueden considerar por separado porque todas estas notas están interrelacionadas.

Así, se puede decir que la abstracción es una epagogé que capta el rico contenido de la forma, de la causa formal.

Lo que se contrapone a la epagogé no es la deducción, sino el análisis.

Por eso la epagogé se podría llamar “comprensión

de sistemas”, o “comprensión de lo sistémico”.


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