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La belleza no es un trascendental personal o antropológico (5.5).
La belleza, si queremos considerarle en el orden personal, es la capacidad que tiene el don personal de convocar y congregar a las demás personas.
El don personal es trascendental sólo como componente de la triada amorosa (5.5.3).
La belleza de una persona aparece en su capacidad de respuesta amorosa. Es un componente de su amar. Concretamente, su don.
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