Polo
es un gran maestro.
Sabe
poner en relieve los grandes descubrimientos de la Filosofía, destacando sus
novedades.
Un
ejemplo es cómo, poco a poco, hizo estudiar a sus discípulos (Ricardo Yepes,
Jesús de Garay) los diversos sentidos del acto y de la potencia en Aristóteles.
Así
consiguió mostrar que la esencia es "acto" y también es "potencia",
pero con sentidos mucho más precisos de los que estamos acostumbrados.
La
esencia es, desde los griegos, "acto".
En
Aristóteles la ousía, que sería el
equivalente de esencia, es un sentido del acto. Es entelechéia, forma.
De
ahí que digamos: esta flor "es" un tulipán. El meollo o esencia de
esta flor es ser tulipán. Acto estable, acabado.
(A
ese sujeto, en cuanto que principio de operaciones, se le puede llamar
naturaleza).
Pero
la esencia es, desde otro punto de vista, potencia.
Tomás de Aquino, al
descubrir la distinción real entre esencia y acto de ser ("acto de
ser" es otro sentido del acto que Aristóteles no conoció) hace una
investigación más atenta sobre la noción, tan utilizada por Aristóteles, de
potencia.
Y encuentra un sentido de
la potencia que Aristóteles ignoró: la esencia como "potencia".
La noción aristotélica de
potencia era la dynamis. Y es válido ver el universo en movimiento.
Potencias que se van actualizando armoniosamente. Potencias de las diversas
naturalezas, que se actualizan según el orden de la tetracausalidad.
Pero el nuevo sentido de
potencia, la esencia que sin el ser no es nada, tiene mucha más importancia,
pues apunta a lo radical. No es una potencia como las potencias aristotélicas.
Es una potencia que siempre dependerá del Ser.
El tulipán ha podido
provenir de cruces genéticos, y puede desplegarse según sus cromosomas,
dependiendo de su "alma", pero lo más alto, lo radical y primero, es
que el tulipán "es". Depende del acto de ser. Depende del Ser.
La esencia, la sustancia
del tulipán, depende radicalmente del acto de ser creado.
La esencia es pues acto,
en tanto que sustancia (Aristóteles) y la esencia es potencia no sólo porque
tiene potencialidades que se activan, sino porque, radicalmente, es potencia
respecto al acto de ser (Tomás de Aquino). Depende del acto de ser, dependiendo
del Ser.
Hay algo en la potencia
que ya es, porque será, pues "depende" de su ser creado, ya sea
desplegándose (esencia del universo físico como orden), ya sea aportando (libre
esencia humana).
Es un sentido de la
esencia como "bien" del acto de ser, como lo otro que el ser, en
orden a la realización del ser.
Seré feliz (es esencial),
si Dios quiere, y si yo quiero.
Inspirado
al leer la esencia de la persona humana. p.33.3 Se trata de unas notas sacadas
de la conferencia dictada por Polo el 25-XI-1994 en el salón de grados Mª
Zambrano de la facultad de filosofía y letras de la Universidad de Málaga.
(Miscelánea poliana nº 4). Citamos las páginas según la recopilación titulada
"Antropología y trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A.
García