El entendimiento humano
culmina, trascendentalmente, en un acto de fe, que se puede llamar fe
intelectual.
El entender se trasluce así
como obediencia activa que se corresponde con la potencia obediencial sin límites
que somos.
Somos capaces de Dios.
Es, como dice Schelling, un
sometimiento a la autoridad de la verdad.
La fe intelectual se abre en
búsqueda inagotable (luz transparente). Potencia obediencial o entrega a Dios.
La persona culmina en
co-acto de amor en Dios.
No olviden ustedes que esa
fe intelectual tiene un contenido: el Misterio y su manifestación esencial.
Siempre podremos recibir más
de Dios.
Esta es la apertura
transparente que busca esperanzada.
Y en esa búsqueda
encontramos el co-ser que somos (filiación) y el amor que co-somos.
Y en las sucesivas
elevaciones, los dones del Paraíso, el mundo Nuevo, en colores: la vida eterna.
Existe, pues, una fe que no
es sobrenatural, última fase del desarrollo de la intelección, y no un don
"añadido" a la inteligencia.
Ideas sacadas
del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2,
2, p. 69.4 y 70.3 Itinerario de la razón hacia la fe