Cualquiera que sea la ciencia positiva que se ocupe de la actividad humana la considera siempre de una manera parcial.
La única que realmente la considera por entero es la ética.
Las ciencias positivas como la economía, la psicología o la sociología, obtienen averiguaciones importantes sobre la acción humana, pero anteponen un postulado que limita su alcance o intensidad.
Son ciencias subordinadas a la ética, distinas de la ética, a la que ciertamente ayudan.
El arquitecto necesita del carpintero, aunque su concepción de la casa sea más cabal que la del carpintero.
Sin embargo, no siempre el pensamiento ético tiene en cuenta todas las dimensiones de la acción humana, cayendo en reduccionismos, sea la ética hedonista (solo bienes), racionalista (solo deberes) o estoicista (solo virtudes).
Ahora bien, si el estudioso de la ética dirige su atención (y encauza su vida) hacia la averigüación de los factores olvidados, advierte cómo el planteamiento global de la ética es coherente.
Esto no puede decirse de las otras ciencias humanas que, al tener que prescindir de factores pertinentes para conseguir sus objetivos parciales, (por ejemplo, la economía busca la buena aplicación de los recursos disponibles), no pueden lógicamente abarcar y explicar enteramente la acción humana.
Están subordinadas a la ética cuya vocación es explicar completamente la acción. Mejor dicho, es la ética el camino que recorremos, usted y yo, al crecer. Irrestrictamente.
De esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 24.3
Para saber más:
Sobre la ética y ciencias humanas….9.1.2
Sobre la ciencia………………………….…….2.13.0
Sobre economía………………………..………9.9.0