Los hombres intervenimos en
el universo material de modo más eficaz que los pájaros porque desde el mundo
de las ideas se interviene en el plano práctico de una manera "nueva"
y mucho más eficaz.
Pensar es detenerse a pensar
y pensar es tomar contacto con un ámbito que no es el mundo real físico, sino
el inmutable: el mundo de las ideas. Somos, por decirlo así, extracósmicos.
Si me paro a pensar, por
ejemplo, en el agua en general, en el universal "agua", si poseo
esa noción, no sólo me acercaré, temeroso, a beber o bañarme, sino que puedo
ser bombero o comenzar un negocio de agua natural.
Eso no lo puede hacer un
mono, un animal dotado, a lo más, de imaginación.
De esto habla Polo en "Ética".
Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición. Unión Editorial.
p. 53.4
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