La esperanza es el bastón del peregrino pues nos ayuda
al caminar.
Nuestra vida marcha hacia la eternidad, hacia Dios.
La esperanza es flexible.
Gracias a esta apertura a Dios, como Padre, la unidad
de la vida se fortifica. Es, como decía Josemaría Escrivá, sencilla (un solo
destino) y fuerte (pues aúna, al luchar, la pluralidad de nuestras
facetas).
Para saber más sobre la esperanza, ver Etiqueta 5.13.4
.
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