Polo aborda el tema de la expresividad del cuerpo, entre otros, al hablar
de la muerte del hombre.
La vida biológica termina.
La vida humana es la dualidad de vida recibida de los padres (vida biológica)
con la vida añadida por la persona (vida espiritual).
Mientras hay vida biológica la persona puede expresarse simbólicamente a
través de su cuerpo y puede desplegar su naturaleza culturalmente.
Desde la mortalidad, inherente existencialmente al hombre, se entiende esta
característica antropológica: la expresión corporal simbólica.
Y también se entienden otras características de la persona humana, por
ejemplo, al ser el tiempo biológico limitado, la persona hace proyectos.
Y Polo descubre que la unión entre alma y cuerpo no es lo bastante compacta
o estrecha para hacer del cuerpo una cabal expresión de su persona.
El hombre no consigue expresarse enteramente en el tiempo como debiera. Su
vida biológica se acaba y no puede llevarse en el viaje (que eso es la muerte)
el pleno sentido de su vida biológica.
Glosa a Urbano Ferrer.
Consideraciones sobre la relación mente-cerebro. Studia Poliana 11, p.56.2
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