Sí. la muerte es una buena piedra de toque para
conocer la profundidad de los filósofos.
Los más profundos serán los que sepan decirnos por qué
el hombre es mortal y lo hagan jugando con la muerte, no como el caballero de
la película El séptimo sello que se
atreve a mirar a la muerte pero intenta retrasar que le llegue, retándola a una
partida de ajedrez. Y pierde.
El mejor filósofo será el que juegue con la muerte con
un juego de suma positiva en el que todos ganan. El que sea capaz de bailar con
la muerte en lugar de desviar su mirada.
Kant: en vez de reconocer que soy mortal, juega con el
absoluto ético del imperativo categórico.
Hobbes: el miedo le hace refugiarse en el Estado, que
a lo más le pagará el entierro.
Sartre: la muerte da jaque y mate a mi libertad.
Heidegger: sé que me ganarás, pero yo jugaré como me
dé la gana.
Nietzsche: venceré a la muerte pues seré vencedor.
Vencerá el que vencerá.
Buda: yo no juego.
Ejemplos de filósofos que no saben bailar con la
muerte.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p.
214-216
.
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