A partir de las intenciones de la inteligencia y de la voluntad podemos explicar
quién es mi réplica.
En efecto, la intención de la inteligencia es intención de semejanza y la
intención de la voluntad es intención de otro.
Recuerden que el bien es "lo otro que el ser".
Y no olviden que "lo otro que el ser" significa "lo que será".
Pues bien, no sabré quién soy hasta el Juicio, y no seré acogido hasta el
Juicio. En el Juicio sabré quién seré.
Es Dios quien me dirá quién soy y quién seré, cuando me acoja en su Vida, eterna.
El hombre sin Dios es como un rabo
sin perro.
Mi réplica está en Dios.
El Otro, semejante.
Seré creado, siempre, a la semejanza de Dios.
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