Intentemos explicar estos
dos asertos:
1. La metafísica estudia
el ser como principio.
2. La antropología
estudia el ser como libertad.
Dicho de otro modo:
1. El ser como principio
es la naturaleza.
2. El ser como libertad
es la persona.
La estrella de la
filosofía clásica es el ente. El ser que existe y que se dice análogamente de
diferentes formas (desde Dios a la ameba).
La filosofía clásica sabe
articular naturaleza y libertad pues cabe la posibilidad de una “naturaleza
libre”.
El ser humano puede
actuar cuando le parece, cuando adquiere hábitos.
El hombre es así el
animal racional.
El principio radical de
sus acciones ya no es la naturaleza, sino la persona que dispone de su
naturaleza mediante los hábitos.
La filosofía clásica es
correcta y expone con claridad la dignidad de la persona humana.
Sin embargo, la solución
no es suficiente.
La filosofía moderna
tiene razón cuando no se satisface con una libertad condicionada por la
naturaleza recibida.
La persona humana no vive
solamente de su naturaleza, que la condicionaría y limitaría.
La persona humana “vive”
en su comunión con Dios.
Comunión que crece al dar
libremente lo pequeño y lo grande, lo poco y lo mucho.
Vivir no es solamente ser
más. Vivir más es dar libremente
más.
Metafísica y antropología
poliana son filosofías primeras. Ambas estudian el ser. Lo que pasa es que la
metafísica estudia el ser como principio y la antropología trascendental
estudia el ser como libertad (donal).
Ideas
sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A.
García González.
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