Una de las primeras aporías de la
filosofía es cómo conjugar lo Uno y lo Múltiple.
El problema es mal resuelto si
optamos por el monismo (Parménides) o si separamos en exceso (dualismo cartesiano).
En la actualidad muchos niegan la
libertad pensando el mundo y los humanos como combinatoria de átomos (es la
versión materialista de lo Múltiple, como si todo fuera una combinatoria de
naturalezas físicas). Como si fuéramos una red material.
Otros, en su interior, se imaginan de
tal modo libres, que deciden vivir según su espontaneidad (es una versión
idealista de lo Uno, como si todo fuera libertad espontánea de mi yo). No
cuentan con lo otro. Y no se dan cuenta de que la espontaneidad, sin comunión
amorosa, es signo de falta de libertad.
Nosotros sostenemos que no hay
contradicción o contraposición entre naturaleza y libertad.
Es cierto que el filósofo busca el
primer principio (arjé) que explique la realidad entera.
Desde Parménides se sabe que ese
principio es el ser.
Pero ¿es el ser uno, monolítico? ¿Es
acaso el ser un "todo"
compuesto de innumerables teselas?
La unidad, en antropología, es
siempre prematura.
Los seres libres somos creados,
elevados, "hacia" la unidad.
Lo que en Dios es Uno (principio y
fin, alfa y omega, sentido genético y sentido desbordante del ser) en la
criatura es múltiple.
El ser del universo físico contiene
naturalezas, principios de operaciones que tienden a cumplir el Orden del ser
sencillo. Su "desbordamiento" o actividad es solamente movimiento
físico.
Juan A. García llama sentido genético
del ser a esa capacidad que tiene, de entrada, el ser primero o universo
creado, la naturaleza pura. Actividad sencilla.
La persona creada, sin embargo, es
dotada de una actividad superior, pura actividad, desbordamiento, que llamamos
libertad. Polo la llama ser segundo.
La persona no es la actividad
"sencilla" de lo ya determinado en la naturaleza por las condiciones
iniciales del universo. La persona se destaca siempre de sus obras y no se
reduce a ellas.
La persona es un ser que desborda su
actuar. Su actividad es un renacer añadido libremente,
que no se aquieta nunca. Podemos equipararla a la libertad trascendental.
La distinción entre naturaleza y
libertad es pues primaria.
El ser se dice, de entrada, de muchas
maneras. Entre otros tiene un sentido genético (naturaleza) y un sentido
puramente activo (libertad).
Para
saber más:
Etiqueta 3.1.0 sobre el ser del universo
Etiqueta 1.1.2 sobre la libertad
Etiqueta 5.5.4 sobre la libertad personal
Etiqueta 1.14.0 sobre la unidad
.
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