Presentación de lo que es la verdad

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La verdad es el desvelamiento del Ser.

Verdad es Alétheia. Létheia es el olvido. A-létheia: lo que no se olvida.

Sin embargo, no siempre hablamos de la verdad en el mismo sentido.
Existe un sentido práctico de la verdad: el no ser engañados. Es la verdad moral. Es la verdad que nos sirve para la vida.

También empleamos la verdad para designar que no nos equivocamos en nuestros razonamientos. Entonces la verdad es lo correcto. Y se puede asimilar al crecimiento habitual: cada vez podemos saber más.

Pero aquí queremos describir el sentido más profundo de la verdad, el sentido filosófico primario de la verdad.

En griego, verdad se dice alethéia. Alethéia puede traducirse como "desvelamiento", lo no oculto, lo des-cubierto.

Otra traducción es "lo que no cae en el olvido".

La verdad es lo que, al mantenerse en presencia, no se sume en el tiempo, y por tanto, no cae en el olvido.

Esta primera versión filosófica de la verdad se asimila al descubrimiento de lo actual. Es la teoría.

El sentido más alto de la verdad, sin embargo, no es ése.
En la introducción de la encíclica Caritas in veritate, Benedicto XVI habla de la verdad de cada hombre, el proyecto de Dios para cada uno. Es la verdad que coincide con la descripción que hace Polo de la verdad personal.

Léase a este propósito, con gozo, el capítulo de Quién es el hombre, p.249, sobre el encuentro con la verdad. El encuentro con mi verdad personal. Nosotros dedicaremos una etiqueta 5.2.1 a desglosar el encuentro con la verdad

En definitiva tenemos:
la verdad personal o destino de cada quién;
la verdad actual o teoría;
la verdad como crecimiento habitual;
la verdad moral.

Clásicamente la verdad tiene tres significaciones :

a) la verdad que está en las cosas: son las esencias de la cosas, que en cuanto que pueden ser conocidas se llaman verdaderas. Es lo que se conoce como verdad ontológica. A esta verdad se opone la falsedad, cuando lo que se desvela no es lo que en realidad es.
Tomás de Aquino dirá que el primero sentido de la verdad es aquél según el cual verum in esse fundatur, esse causat veritatem intellectus;


b) la verdad es la adecuación de la mente con la realidad. Aquí la verdad se toma en tanto que está en nuestro conocimiento. Si lo que conocemos es en la realidad tal como lo conocemos, poseemos la verdad de lo conocido. A esta verdad se opone el error.
Tomás de Aquino dirá que el segundo sentido es la verdad en el entendimiento, como adecuación, es la verdad formalmente considerada;


c) y la tercera significación de la verdad es la verdad contenida en nuestras palabras, es decir, la adecuación entre lo que decimos y lo que pensamos. A esta verdad se opone la mentira.
Tomás de Aquino dirá que  el tercer sentido, al que denomina efecto consecuente, es la verdad como manifestación o locución.

Es este tercer sentido al que se puede asimilar la noción de verdad trascendental antropológica de Polo, pero hablando de inspiración en lugar de efecto consecuente. Al encontrar la verdad (inspiración), el inteligir personal le canta, es una verdad expresiva.

Verdad ontológica.
Verdad lógica.
Verdad personal (la verdad como inspiración).

En suma, hay un tercer sentido de la verdad, además del ontológico y el lógico. Es un sentido más que racional, porque "se añade" a lo racional, sin añadir nada.


Por último diremos que la verdad es uno de los llamados trascendentales relativos. (Pueden ustedes leer con provecho la etiqueta 5.2.0 trascendentales metafísicos)

Todos los entes son verdaderos en cuanto que son, pero los llamamos verdaderos no porque sean, sino porque pueden ser conocidos.
Por eso la verdad es un trascendental "relativo" al conocer.

El desvelamiento del mundo es la verdad trascendental metafísica.

El desvelamiento de la persona es la verdad trascendental antropológica.

Es el Inteligir personal, o la persona como inteligir, la que alcanza y encuentra la verdad.

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