.
Polo dice que la persona desciende a su
esencia (AT, I, p.251).
La persona humana extiende su
actividad trascendental hacia abajo (la efusividad, la donalidad, el dar).
Es un “vehicular” (AT, I, p.253).
Gracias a la generosidad de la persona
(hábito de los primeros principios reales) y su docilidad (sindéresis) se
constituirá el don esencial.
Como no somos capaces de don personal, tenemos que extender el dar personal a través de nuestra esencia.
Así se constituye el don esencial.
Ese dar el yo dócilmente constituye el acto voluntario (sindéresis) y gracias a la sabiduría, se otorga el don esencial a Dios, buscando la Aceptación.
Como el dar es otorgante hacia Dios,
gracias a la sabiduría, asciende el don constituido, esperando la Aceptación de
Dios.
Si el hombre no da a Dios se frustra su libertad pues no alcanza la Réplica, su respuesta adecuada a Dios, su réplica de Dios, Aceptada por Dios.
El amar personal empapa todos los niveles
del ser humano y vuelve hacia Dios, vehiculando hacia adentro el don
constituido.
Es un “vehicular” (AT, I, p.253).
Como no somos capaces de don personal, tenemos que extender el dar personal a través de nuestra esencia.
Así se constituye el don esencial.
Ese dar el yo dócilmente constituye el acto voluntario (sindéresis) y gracias a la sabiduría, se otorga el don esencial a Dios, buscando la Aceptación.
Si el hombre no da a Dios se frustra su libertad pues no alcanza la Réplica, su respuesta adecuada a Dios, su réplica de Dios, Aceptada por Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario