La operosidad es lo que el amar de una persona añade a sus obras.
Polo califica de "operoso" el actuar humano, al advertir que la persona, que
está en su origen, acompaña el obrar con su canto.
La persona canta cuando otorga su amor.
Desde su ápice divino, el don del amor es
"operante"
Tomás de Aquino entiende la creación como la donación
del ser.
La criatura no es una parte de Dios (Dios no tiene
partes), sino realidad otorgada.
La filosofía cristiana descubre que el otorgamiento es
tan radical como la realidad.
Crear de la nada no es fabricar o producir algo de una
materia preexistente. Es innovar, dar el ser, pues no hay nada que presuponga
la criatura.
Y bien, cada persona, al otorgarle Dios la capacidad
de dar, acompaña, si quiere, sus obras con su canto.
Su actuar es, digámoslo así, operoso.
La operosidad es lo que el amar de una persona añade a
sus obras.
Glosa
a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p.
131
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