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Sí, claramente.
Y el profesor Juan A. García lo explica muy bien a partirdel minuto 28 de este audio.
El yo es el ápice de las manifestaciones de la persona.
Tiene antecedentes y consiguientes (cumbre y ladera).
La persona desborda al yo y no debe identificarse con sus acciones, con sus obras.
La persona no es lo que quiere. No puede realizarse.
La persona no es tampoco lo que siente.
Cuando la persona intenta identificarse con sus acciones, se frustra al tener pretensión de sí.
El yo pensado no piensa.
Podemos tener una idea de nuestro yo.
Pero el yo pensante es, precisamente la persona.
Tiene antecedentes y consiguientes (cumbre y ladera).
La persona desborda al yo y no debe identificarse con sus acciones, con sus obras.
La persona no es lo que quiere. No puede realizarse.
La persona no es tampoco lo que siente.
Cuando la persona intenta identificarse con sus acciones, se frustra al tener pretensión de sí.
Podemos tener una idea de nuestro yo.
Pero el yo pensante es, precisamente la persona.
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