Sí. La tercera dimensión
del abandono del límite mental equivale al hábito de sabiduría.
Cuando edité por primera
vez esta entrada dije que no. Y di la razón siguiente:
"Aunque Polo equipara el hábito de sabiduría a la 3ª dimensión del abandono del límite mental, lo hace porque, al abandonar así el límite, alcanzamos el hábito de sabiduría". Pero una cosa es el abandono y otra cosa es el hábito de sabiduría.
No es que el abandono en su 3ª dimensión sea el hábito de sabiduría, sino que con ese modo de abandono alcanzamos el hábito de sabiduría".
"Aunque Polo equipara el hábito de sabiduría a la 3ª dimensión del abandono del límite mental, lo hace porque, al abandonar así el límite, alcanzamos el hábito de sabiduría". Pero una cosa es el abandono y otra cosa es el hábito de sabiduría.
No es que el abandono en su 3ª dimensión sea el hábito de sabiduría, sino que con ese modo de abandono alcanzamos el hábito de sabiduría".
Después, tras el
comentario de Juan A. García rectifiqué:
Aunque se necesite el
límite mental para desaferrarse se puede entender que la tercera dimensión del
abandono equivalga al hábito innato de sabiduría.
Juan A. García me
escribió a este propósito el 10 de agosto 2009: "Yo opino que lo que
alcanzamos con el hábito de sabiduría, y con la tercera dimensión del abandono
del límite es la existencia personal, el acto de ser persona y sus
trascendentales: el intelecto personal, el amar donal y la libertad. La tercera
dimensión y el hábito de sabiduría yo sólo los distingo porque uno es
permanente (el hábito) y la otra se ejerce en ocasiones: es expresión del
hábito, a la postre lingüística.
Y ahora (11 de octubre
2013) vuelvo a la carga, apoyándome en ese "a la postre
lingüística".
Estoy de acuerdo en que
con el hábito de sabiduría alcanzamos el ser personal. Es permanente como dice
Juan, hábito innato unido al intelecto personal, trascendental.
Sin embargo, en el
abandono del límite mental pienso que hay que hacer pie, en expresión de Jorge
Mario Posada, en el nivel esencial.
Algo así, quizá más
extremista, apunta Salvador Piá en "El hombre como ser dual", p.447
(n.29 de la síntesis conclusiva).
De este modo
distinguiremos, por ejemplo, entre la tercera dimensión del abandono del límite
mental o "desaferramiento" de la presencia mental y el hábito de
sabiduría, solidaridad transparente. Uno ejercido en ocasiones y otro
permanente.
En definitiva, ahora
opino que la tercera dimensión del abandono del límite mental, su ejercicio, es
iluminación esencial, hacia adentro, que alcanza o equivale al hábito de sabiduría.
Es el hacer pie de
Jorge Mario Posada que interpreto como iluminación, yendo o saltando
transparentemente hacia adentro.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario