¿Qué es sentir para un animal?

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Sentir, para un animal, es la actualización de "su" potencia formal.

El que siente no es el cerebro, sino el animal. Por eso decimos "su" potencia formal, la potencia formal "del" toro.

Es el animal el que posee una potencia formal, un sobrante formal, que se actualiza en sincronía con los cambios materiales del cerebro.

Natalia López Moratalla en Studia Poliana 11, p. 35 dice que es un solo acto en dos dimensiones (fisiológica e intencional).
Quizá se entienda mejor si hablamos de coactualidad : un co-acto.

En el cerebro del animal no hay un paso de lo físico a lo intencional. Sencillamente : lo físico es, a la vez, intencional.

Los estímulos que llegan al cerebro, las conexiones y circuitos, las funciones cerebrales, son múltiples. Pero el viviente es un ser unitario capaz de actualizar la forma que le conviene para vivir más.

El toro está dotado de la capacidad de "sentir" el rojo, para atacar y obtener la gloria, sin saberlo.

(aludo al toro en honor de los mexicanos, no sólo por estar afectados de esa mala gripe, sino porque son los que más siguen este blog).

Decía que en el toro, en el animal, no se rompe el automatismo biológico. El toro "siente el rojo" automáticamente, está hecho para eso, tiene la capacidad de despojar el estímulo visual de las concausas (de la longitud de onda, de la vibración de los fotones, de las secreciones interneuronales, de los cambios en las membranas, etc) para quedarse con el sobrante formal "rojo" que automáticamente desencadenará el sobrante formal del "ataque locomotriz".

Es la causa formal, el alma del toro, la que "siente" y "ataca".

De esto habla Natalia López Moratalla en Neurobiología y antropología trascendental. Studia Poliana  11 p. 35.2
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