Es mejor hablar de
“distinción” pues querámoslo o no, la unidad es siempre prematura.
Por un lado está el ser
del universo físico o ser extramental (cuyo estudio compete a la metafísica, que versa, sobre todo,en sus
primeros principios).
Y por otro, está el ser de cada persona
humana, el existente que sabe de sí (cuyo estudio compete a la
antropología filosófica).
Existe, además, una
distinción radical que aconseja hablar con precisión evitando la analogía, en la medida de lo posible: la distinción entre ser
creado e increado, o entre las criaturas y el Creador.
El Creador es absolutamente
trascendente y en las criaturas debemos distinguir realmente entre su ser y su
esencia.
Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona”
de Juan A. García González.
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