Porque
la filosofía clásica se ha opuesto siempre a pensar que el ser sea un género
global, máximo.
Propone
en cambio una noción analógica de
los seres; pues hay cierta graduación entre ellos: o una diversa intensidad en las formas de ser, en virtud de la cual se
diferencian los distintos seres.
Con
todo, aún mejor que la analogía, que no deja de ser cierta reducción a unidad, es la distinción.
Ideas sacadas del “compendio” de Antropología “el hombre como persona”
de Juan A. García González.
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