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La subsistencia de la persona humana es relativamente necesaria.
Una vez creada, es necesaria.
Dios no se arrepiente.
La subsistencia expresa el valer ante Dios.
Hacia adentro (o hacia arriba) la persona humana coexiste en Dios.
Esta dependencia de Dios hace que la subsistencia continúe hacia Dios, hasta conocerse como hijo, para jugar como hijo con su Padre.
La subsistencia se continúa también hacia afuera, con sus
acciones, que modelan su mundo y le sirven para aprender a amar, al amar a los
demás. Al saber amar mejor, jugará mejor con su Padre.
El ser personal no se agota en su producir, sino que
subsiste hacia su Réplica de Dios. Es la apertura hacia adentro, que es
referida exclusivamente a Dios.
Juan
A. García Gz lo explica así en https://www.youtube.com/watch?v=z3JX3ZEeYRk&t=3465s
Concretamente en 1 h, 1’. 5’’
La subsistencia de la persona humana es relativamente necesaria.
Una vez creada, es necesaria.
Dios no se arrepiente.
Hacia adentro (o hacia arriba) la persona humana coexiste en Dios.
Esta dependencia de Dios hace que la subsistencia continúe hacia Dios, hasta conocerse como hijo, para jugar como hijo con su Padre.
Concretamente en 1 h, 1’. 5’’
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