En los pueblos primitivos se puede encontrar una
religiosidad muy pura porque aún no se ha deformado el sentido primitivo de
Dios.
La naturaleza humana en estado puro dota a la persona
humana de la capacidad de saberse hijo de Dios en esta vida y también de
conocer el error peculiar de la libertad que es el pecado.
Y gracias a la apertura trascendental, intrínseca a
esa libertad, late la esperanza de redención.
En las preculturas se encuentran signos que
transparentan este conocimiento primero y su religiosidad no se ha deformado
todavía.
El fenómeno religioso se despliega con un ritual de
creencias, de comportamientos sin hacer aún teorías sobre Dios.
Las creencias básicas captan a Dios como padre y Dios
como protector, que se marchó a causa de un acontecimiento inmemorial. Ocurrió
algo que supuso la pérdida de la amistad del hombre con Dios.
La religiosidad primitiva es sencilla y se centra en
nociones no teológicas. Comporta una visión de Dios adecuada, aunque no es
filosófica ni está desarrollada.
Los ritos mágicos no versan sobre Dios. Partiendo de
la conciencia de la dignidad humana, aparece la magia, como expresión del poder
humano, que se va complicando y degenerando frente a las fuerzas mundanas.
Las preculturas son formas de vida detenida, los demás
pueblos evolucionan y se van oscureciendo las creencias básicas.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p.
226.3 - 230
Para
saber más:
sobre
la revelación primera : etiqueta 9.0.1
sobre
la religiosidad: etiqueta 9.2.2
.
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