Dios antecede ciertamente a
la creación.
Francisco Molina, el 18 de
marzo de 2013, en su blog sobre la sindéresis (pueden ustedes encontrar el
enlace a la izquierda en la serie de mis blogs amigos), hace una reflexión muy
interesante sobre los ateos y los científicos.
Suelen algunos científicos
ateos situar la inteligencia como un paso más de la evolución de la materia.
Sin embargo,
coherentemente, la inteligencia está en el inicio del movimiento en el que
consiste el universo.
El universo es creado por
Alguien que "sabe" lo que hace, con orden y sentido.
De ahí que en un momento
dado de la evolución, aparezca la inteligencia "creada".
Carl Sagan escribió:
“Es corriente en muchas
culturas responder que Dios creó el universo de la nada. Pero esto no hace más
que aplazar la cuestión... la pregunta siguiente que debemos formular es
evidentemente de dónde viene Dios. Y si decidimos que esta respuesta no tiene
contestación, ¿por qué no nos ahorramos un paso y decidimos que el origen del
universo tampoco tiene respuesta?
O si decidimos que Dios
siempre ha existido, ¿por qué no nos ahorramos un paso y concluimos diciendo
que el universo ha existido siempre?”
El universo ha podido
existir desde siempre (Tomás de Aquino) pues Dios lo ha podido crear desde
siempre. (Tomás de Aquino dice también que sabemos por fe revelada que el mundo
comenzó con el tiempo)
Ése no es el problema.
La cuestión es que para que
pueda existir desde siempre se necesita una Voluntad inteligente que le dé el
ser.
Todo el mundo ve que hay un
"salto" de la materia a la inteligencia.
¿Cómo es posible que la
materia empiece a tener conciencia de sí misma y empiece a pensar?
Afirmar que Dios no existe
no es una afirmación científica porque es indemostrable.
Postular su existencia o su
inexistencia es indemostrable si nos atenemos a los métodos de una
investigación científica.
Afirmarlo o negarlo
"científicamente" es una aserción azarosa o caprichosa. Si se afirma
en serio estamos ante un simple crédulo.
Cosa distinta es cuando un
filósofo demuestra o muestra (como Polo) la existencia de Dios alcanzada no
"científicamente" sino "pensando" o "inteligiendo".
Aristóteles buscó (y
encontró) el Acto anterior que inicia todo movimiento, el puro Acto inicial.
Acto que debía ser intelectual, un continuo entenderse a sí mismo. La materia
no es acto puro, su actividad exige acto y potencia. A Dios no se le descubre
en una disección de la materia o en un viaje por el cosmos.
Para Sagan es lo mismo
afirmar que el universo existe desde siempre o que se diga que Dios, su autor,
está ahí desde siempre.
Él se ahorra el paso
creador y afirma que el universo existe porque sí. Le parece que es igual e
incluso que esta última respuesta ahorra palabras. Pero no da igual, porque
entonces nada tiene sentido. Seremos muy científicos pero al evitar la
filosofía no llegamos al final de la investigación racional.
Incluso si el universo
existiera desde siempre, al inicio, debe haber una Inteligencia creadora.
Los científicos pueden
describir, según sus cálculos, cómo es el universo, si su inicio fue así o si
no se sabe cuál es, y si su evolución ha sido de esta manera o de la otra.
En este caso, pueden
decirnos si el universo puede ser representado por una línea indefinida, o por
una circunferencia en la que el proceso se repite, o por una línea que comienza y no tiene fin, o que sí lo tiene.
En fin, pueden diseñarlo
como mejor vean.
Pero está claro que una
cosa es entender su diseño y otra descubrir a su diseñador, saber del dibujo
y/o saber del dibujante. La primera parte pertenece a la investigación
científica, pero la segunda no. A la ciencia se le escapa.
De esto habla Francisco Molina, el 18 de marzo de 2013 en
su blog sobre la sindéresis (pueden ustedes encontrar el enlace a la izquierda
en la serie de mis blogs amigos).
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