La fe intelectual es búsqueda personal.
De ahí que se hable de la fe como un "no
ver".
Cierto que no se ve "algo", pero
tampoco es un no ver nada, sino vislumbrar un futuro no desfuturizable.
La fe intelectual es actividad transparente e
inabarcable.
Y eso es precisamente el destino.
Mi destino es Dios. Fuente inagotable.
Mi destino es la Verdad: estoy incluido en el
ámbito de la máxima amplitud. Soy trascendentalmente libre.
En suma, la fe personal es el saber lúcido de la
índole irrestricta de nuestra intelección.
En Dios nos movemos y existimos. Somos
inmortales.
Ideas
sacadas del libro de Polo "Epistemología, creación y divinidad".
Capítulo 2, 2. Itinerario de la razón hacia la fe
Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe
12.8.1 fe sobrenatural
.
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