Aunque los temas de la fe puedan formularse (tanto los de la
fe filosófica como de la sobrenatural, baste pensar en los 12 artículos del
Credo), el conocimiento de Dios tendrá siempre que ver con el futuro.
Es al darnos cuenta de la índole irrestricta de nuestra
intelección como, lúcidamente, nos sabemos incluidos atópicamente en la máxima
amplitud.
Sí, nos movemos y existimos en Dios.
Y como recompensa a nuestro abandono, conocemos la índole
inmortal del espíritu humano.
Viajamos juntos, amigos, en la eternidad.
Ideas sacadas del libro de Polo
"Epistemología, creación y divinidad". Capítulo 2, 2. Itinerario de
la razón hacia la fe, p. 71.4
Para saber más ir a las etiquetas:
5.13.3 fe;
2.16.0 mostración de Dios
.
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