Ayer, varios interlocutores me acusaron de minimizar
la acción del demonio.
Le pedí ayuda a don Leonardo.
Y hoy, aniversario de su fallecimiento abro la
página 263 de su libro póstumo y encuentro que María se durmió.
Murió no físicamente, sin por compasión, olvidándose
de sí con su Hijo, para abrirnos el camino de la victoria sobre el pecado, el
demonio y la muerte.
María descansaba en la Paz (Espíritu Santo) desde su
concepción hasta su Asunción.
Nosotros esperaremos a que nuestro cuerpo descanse
definitivamente en la Paz, al ser glorificado.
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