No.
Francisco Molina, intervino
en julio del 2010 en el blog de Juan A. García, hablando de la distinción real,
y empleó unas fórmulas que me parecen excelentes:
"Es claro
que la esencia tiene prioridad en el
ejercicio del existir: sólo a través de ella puede el ser hacerlo".
"No
hablaría de eficiencia del ser sobre la esencia, aunque sea solamente como
manera de decir: el ser es... según
las posibilidades de su esencia. Pero
no hay eficiencia".
"Por
tanto, la esencia logra ser por la prioridad existencial del ser, que al
existir ha de encauzarse a través de ella".
Acto de ser y
esencia son, pues, co-principios.
Polo, al
abandonar el límite mental (al abandonar la "actualidad"), e ir más
allá de la actualidad, entiende con más realismo la prioridad del ser sobre
la esencia, y no en términos de eficiencia, como si el ser fuera un acto
emergente, con una virtualidad o fecundidad "limitada" por la
esencia.
Juan A.
González ha llamado la atención sobre este punto.
La prioridad
del ser, según Polo, es de otro orden, semejante a la finalidad.
Incluso llega a
decir que el ser es finalidad pura, es decir, sin la composición que
caracteriza a la finalidad física.
Polo concede
así una cierta prioridad o antecedencia a la esencia, compatible con la
prioridad del esse.
La esencia se
activa yendo hacia adelante, hacia la posteridad.
La posteridad
inagotable es el ser. El ser no es limitado.
Al contrario,
la esencia se despliega o crece, según su ejercicio, que mira al futuro.
Se entiende así
que acto de ser y esencia sean realmente distintos.
Y que la
esencia sea "desde" el acto de ser.
El
planteamiento poliano mantiene la distinción real clásica entre esse y essentia, pero al considerar la Identidad divina, en la que Esse y Essentia tienen la misma importancia, equilibra la distinción: el esse no es causa de la essentia, si no es al modo de finalidad,
pero finalidad "pura".
Fíjense que
sucede algo semejante al problema entre gracia y libertad. ¿Está el hombre
predestinado o su destino depende de su voluntad?
Las dos cosas.
El destino se
abre con la fuerza de nuestras pisadas.
Y en el caso
del universo físico, es decir, del ser que no es libertad, la essentia es un despliegue de las cuatro
causas según la "persistencia" de su esse.
En Dios Esse y Essentia se identifican, se compenetran de tal modo que no se
pueden formular separadamente.
En las
criaturas, sin embargo se distinguen realmente.
En la criatura física
(universo material), la essentia
marca un "antes" que retrasa el despliegue del esse.
En la criatura
espiritual, la essentia crece
libremente hacia su destino.
El esse, la persona que será, es futuro
indesfuturizable, abierto desde Dios.
En definitiva, le acto personal de ser tiene un sentido transversal que, siguiendo la originalidad del método poliano, no es otra cosa que su esencia.
La esencia procede del acto de ser.
El abandono del límite mental alcanza el ser personal, pero como es "además", vuelve hacia el límite. En ese volver se manifiesta la esencia personal.
Si quieren ustedes leer una síntesis
de la distinción real esencia – acto de ser, vayan al principio de este blog, a
la página (en rojo) ""Esencia – Ser. Su
distinción"
No hay comentarios:
Publicar un comentario