El último apartado
de "Quién es el hombre" se titula "el encuentro con la
verdad".
Son apenas dos
páginas que describen la conmoción que desencadena el acontecimiento del encuentro con la verdad (sin el cual, la vida es
anodina).
La última frase del
libro es: "la verdad siempre
encomienda".
Me pregunto: ¿es la
verdad una persona?
Juan García me dice
que no todas las verdades son personas, quizá sólo una.
Pienso que, siendo
la verdad el desvelamiento del ser, si lo que se desvela es el ser personal, la
verdad es persona en tanto que canta para los demás y nos invita a danzar (ése
es el encargo).
Si lo que se desvela
es el cesto de Caperucita, entonces la verdad no es persona.
El desvelamiento de
mi ser personal es el encuentro con mi "réplica", la persona que soy
en Dios.
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