¿Podemos dar la persona que somos?

 


No podemos dar nuestra persona porque la persona, simplemente, no “es”, sino que “será”.

Podemos comprometer nuestro futuro, pero no poseemos el futuro. No nos poseemos completamente. Siempre seremos “inidénticos” (la Identidad es divina).

La persona se da a través de su esencia (a través de su vida, porque su vida es su esencia).

Al dar nuestra vida estamos ratificando nuestra fidelidad.

El amar donal (o amar personal) será siempre activo, siempre crecerá más.

Y se manifiesta queriendo, para siempre.

Cuando nos adentramos en la antropología trascendental corremos el riesgo de despreciar la esencia, pensando que el acto de ser humano no necesita de ella.

Nos olvidamos de que el dar donal se da a través de su esencia.

Y, como dijo Juan A. GG, la esencia es “esencial”.

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