No.
El acto de conocer no se parece en nada a la cosa física.
Lo que se parece es lo conocido.
Lo conocido, el objeto, sí que se parece, porque es intencional.
El "acto" por el que conozco una mesa no es una mesa, ni es la forma de una mesa, pero en cambio posee "in mente" la forma de la mesa, que es intencionalidad pura.
El objeto conocido es inmaterial, pero "se parece" a la realidad física.
El acto que posee el objeto inmaterial no es ninguna realidad física.
Sin embargo, para entender la "intencionalidad" y no caer en el idealismo, debemos añadir que el parecerse o semejanza con la realidad no es una "comparación".
La realidad no tiene una copia perfecta que debamos imitar al conocerla.
Conocer es desvelar, "al" conocer.
Puedo equivocarme si desvelo sólo una parte y la tomo por el todo, pero lo desvelado es verdad, la verdad de la parte desvelada.
Aquí no vale lo de "todo es verdad o es mentira, según el cristal con que se mira".
Si veo verde, la verdad de lo que veo es verde.
Si la realidad es también roja, tendría que poner otro cristal, para ver su rojez, pero eso no anula la verdad de lo verde.
Aspiramos a ver más, pero eso no descalifica a lo que ya vemos.
De esto habla Lluís Pifarré en su libro "Entender a Leonardo Polo", p. 58.4
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