El “dos” es trascendental en la persona humana porque existe en su
Réplica.
El ser personal nunca es solo.
El ser personal nunca es solo.
Réplica de Dios, el Hijo de Dios es mi Réplica.
Soy hijo en el Hijo.
Soy hijo en el Hijo.
Somos dos. Soy dos.
Siempre seré inidéntico pues siempre seré además de mi Réplica, de mi Réplica de Dios.
Siempre seré inidéntico pues siempre seré además de mi Réplica, de mi Réplica de Dios.
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