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Hoy la conexión de internet ha sido perfecta y he podido seguir todo el programa.
Hemos quedado muy satisfechos (aunque hemos echado en falta a Juanfer).
Pido disculpas a Ana María
Sanguineti, pues he estado en el principio de un pequeño debate en el que
ha pasado un mal rato.
Ella ha presentado una comunicación sobre “La imagen trinitaria de Dios en el amor donal”.
Encontró en Polo coincidencias con Karol Wojtyla, concretamente en el cuarto trascendental poliano, el amar donal.
Sin embargo, pienso, y Juan García y Adam Solomiewicz, abundaron en este sentido, que aunque sea correcto hablar de la imagen trinitaria en lo humano, la persona humana es Hija de Dios en el Hijo.
Las relaciones interpersonales de amistad (como la familia) son imágenes trinitarias, pero la persona humana co-existe con Dios.
El amar donal es aceptar el Don de Dios, destinándole los dones esenciales (principalmente las amistades).
Me gusta hablar del Don-don (Juan José Padial se extrañó de esta expresión al leer mi chat, y lo comprendo).
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Intervino después Mª Victoria Cadavid, de Colombia, con una exposición sobre la inteligencia y la voluntad en Polo. Tengo que leerme el texto.
En el coloquio nos contó cómo Juanfer la llevó a casa de don Leonardo. Y le preguntó qué es el “sentido personal” (objeto de su tesis). Polo le dijo que ella lo sabía bien: Jesucristo.
Así se aclara una vez más que nuestra Réplica es el Hijo. El sentido de mi vida es ser hijo en el Hijo.
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A continuación dos intervenciones sobre Polo y Hegel. Andrés Ortigosa y Juan José Padial (que habló sin mirar papeles), nos mostraron la profunda comprensión con la que Polo trataba a cada filósofo, especialmente a Hegel.
Podemos estar orgullosos de estos polianos.
A mí me interesó sobre todo la exposición de Padial sobre la influencia de Lutero. Concretamente cómo nos explicó lo que es la “pretensión de sí”.
Un intento de disponer de la esencia. Una identificación del acto de ser con su esencia. La pretensión de identidad.
Lutero dice que solamente la cruz es nuestra teología. El Verbo se despoja de su naturaleza divina, y el hombre debe despojarse de su naturaleza humana.
Hegel dirá, más o menos, que la identidad es el ir despojándose de la esencia.
Dios se despoja de Dios para ser hombre.
El hombre debe despojarse de todo su saber.
En Polo la relación entre ser y tener no es kenótica (de despojo) sino donante (adoración).
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Por último, Juan José Sanguineti nos ofreció una clase magistral sobre la causa final como orden del Universo. Un principio ordenador de las causas, pero no despótico. Luz que se propaga.
La creación no evoluciona hacia un punto culminante, sino que deja ser al despliegue del Universo, permitiendo que los hombres intervengamos.
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Hay que felicitar a los organizadores de este primer congreso mundial poliano.
Preparemos el siguiente.
Hoy la conexión de internet ha sido perfecta y he podido seguir todo el programa.
Hemos quedado muy satisfechos (aunque hemos echado en falta a Juanfer).
Ella ha presentado una comunicación sobre “La imagen trinitaria de Dios en el amor donal”.
Encontró en Polo coincidencias con Karol Wojtyla, concretamente en el cuarto trascendental poliano, el amar donal.
Sin embargo, pienso, y Juan García y Adam Solomiewicz, abundaron en este sentido, que aunque sea correcto hablar de la imagen trinitaria en lo humano, la persona humana es Hija de Dios en el Hijo.
Las relaciones interpersonales de amistad (como la familia) son imágenes trinitarias, pero la persona humana co-existe con Dios.
El amar donal es aceptar el Don de Dios, destinándole los dones esenciales (principalmente las amistades).
Me gusta hablar del Don-don (Juan José Padial se extrañó de esta expresión al leer mi chat, y lo comprendo).
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Intervino después Mª Victoria Cadavid, de Colombia, con una exposición sobre la inteligencia y la voluntad en Polo. Tengo que leerme el texto.
En el coloquio nos contó cómo Juanfer la llevó a casa de don Leonardo. Y le preguntó qué es el “sentido personal” (objeto de su tesis). Polo le dijo que ella lo sabía bien: Jesucristo.
Así se aclara una vez más que nuestra Réplica es el Hijo. El sentido de mi vida es ser hijo en el Hijo.
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A continuación dos intervenciones sobre Polo y Hegel. Andrés Ortigosa y Juan José Padial (que habló sin mirar papeles), nos mostraron la profunda comprensión con la que Polo trataba a cada filósofo, especialmente a Hegel.
Podemos estar orgullosos de estos polianos.
A mí me interesó sobre todo la exposición de Padial sobre la influencia de Lutero. Concretamente cómo nos explicó lo que es la “pretensión de sí”.
Un intento de disponer de la esencia. Una identificación del acto de ser con su esencia. La pretensión de identidad.
Lutero dice que solamente la cruz es nuestra teología. El Verbo se despoja de su naturaleza divina, y el hombre debe despojarse de su naturaleza humana.
Hegel dirá, más o menos, que la identidad es el ir despojándose de la esencia.
Dios se despoja de Dios para ser hombre.
El hombre debe despojarse de todo su saber.
En Polo la relación entre ser y tener no es kenótica (de despojo) sino donante (adoración).
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Por último, Juan José Sanguineti nos ofreció una clase magistral sobre la causa final como orden del Universo. Un principio ordenador de las causas, pero no despótico. Luz que se propaga.
La creación no evoluciona hacia un punto culminante, sino que deja ser al despliegue del Universo, permitiendo que los hombres intervengamos.
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Hay que felicitar a los organizadores de este primer congreso mundial poliano.
Preparemos el siguiente.
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