Ser de carne y hueso significa que nuestro cuerpo es potencial.
Para designar el cuerpo insuficientemente unido al
alma, se emplea la palabra “carne”.
Y luego hablamos de "hueso".
Sin los huesos, los músculos, la grasa, las venas y la
sangre se desparraman.
El hueso estructura, sostiene y da forma a las carnes.
Somos carne. Tenemos una naturaleza en común. Débil.
Llamamos alma, desde Aristóteles, a la organización
del cuerpo. El alma es, para empezar, el hueso.
La ética es el arte de conducir la carne, dándole
forma humana.
Cada persona, cada alma, entra con sus huesos en la
red de la naturaleza humana, dándole belleza. La continuación de la naturaleza
producida por hombres y mujeres es la cultura.
El cuerpo es
potencial de símbolos culturales, por ser de carne y hueso.
De esto habla Polo en el último capítulo de Quién es el hombre, p. 216.
Para saber más sobre la cultura, ver Etiqueta 7.2.0
.
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