¿Son duales el aceptar, el dar y el don en la persona humana?

 .


Sí.

Pero no se dualizan entre sí.

El aceptar, el dar y el don de la persona humana son la tríada amorosa del trascendental “amar personal”.


 Tanto el aceptar, como el dar y como el don, son duales porque se dualizan con Dios, gracias a las aperturas trascendentes.
 
Las aperturas trascendentes conforman la dualidad de Dios con la persona humana.

Son cuatro las aperturas trascendentes: caridad, fe, esperanza y humildad.
No son "virtudes", sino aperturas trascendentes.

Tratemos de explicarlo:

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Según la propuesta de Adam Solomiewicz el amar personal humano se entiende gracias a dos estructuras donales. Y en las dos interviene Dios. Veamos cómo:

 

A) Estructura donal primera.

B) Estructura donal segunda.

 

A) El aceptar de la persona humana es dual con el Dar de Dios.

El Dar de Dios se dualiza con la persona humana al aceptar ésta el Don de Dios que es su ser personal.

 

B) El dar de la persona humana es dual con el Aceptar de Dios.

El dar de la persona humana se dualiza con el Aceptar divino por medio del don de su vida. El don de la persona humana es esencial.

 

Fruto de estas dos estructuras del amar personal es el Don-don.

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El Don-don no es otra cosa que el fruto de la apertura trascendente que llamamos caridad.

El Don de Dios y el don de la persona humana se dualizan así trascendentalmente gracias al juego Dar divino – dar humano, y aceptar humano – Aceptar divino.

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De arriba a abajo, la primera apertura trascendente es la caridad.

La persona humana se abre a Dios gracias a la comunión entre las dos estructuras donales (El Don – don).

La persona humana se abre al Espíritu Santo.

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La segunda apertura trascendente es la fe intelectual.

El intelecto se abre a Dios por la fe.

El miembro inferior de esta apertura es la sabiduría (el saber de sí).

El miembro superior es la Réplica.

La persona humana se abre al Hijo.

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La tercera apertura trascendente es la esperanza.

La libertad se abre a su destino por la esperanza.

El miembro superior es el Destino.

El miembro inferior es el nacer.

La persona humana se abre al Padre.

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La cuarta apertura trascendente es la humildad.

El co-ser se abre al servicio por la humildad.

El miembro superior es el Servir.

El miembro inferior es la pobreza de la criatura.

La persona humana se abre a María.

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