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Vida
que tiene dimensiones inmateriales (por ejemplo, el conocimiento sensible, o el "orden" del código genético).
En el
cosmos aparecen "naturalezas", seres vivientes.
El hombre, sin embargo, al ser persona, está orientado a una vida superior a la vida que surge en el universo corpóreo. Lo constatamos con la aparición de la inteligencia humana.
Esta vida superior es el conjunto de las aperturas trascendentes, que son fruto de la
primera elevación de la persona humana: la llamada de Dios silenciosa que crea nuestra intimidad.
Se le puede llamar "creación segunda".
Más aún, el hombre está orientado a una vida superior a la vida incorpórea e íntima.
Técnicamente, a esta última elevación, se le ha llamado
"gracia".
Pero atención, esta gracia no es "sobrenatural", es "natural" y toda persona la posee pues forma parte de su dignidad.
Es una
elevación que proponemos denominar "llamada inicial" o "creación
segunda" (la creación primera es la creación del universo físico) y cuyo
fruto son las aperturas trascendentes, que redundan en la calidad y
crecimiento de la vida humana.
Entonces, ¿a qué
reservamos el nombre de "sobrenatural"?
La
noción de sobrenatural surge de una nueva intervención divina
en orden a la salvación.
Llamamos
"gracia sobrenatural" al influjo del misterio de la intimidad divina,
que se empeña en la santificación de las personas, a pesar de los pesares,
sobre la naturaleza humana, a la que eleva haciendo posible su destino.
Es una anticipación de la salvación,
del encuentro definitivo con Dios.
Y las aperturas transcendentales en 5.13.1
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