¿Por qué se describe la sindéresis como "inspiración global"?


Inspirar es "expresar" la verdad encontrada.
Iluminar, por ejemplo, es un modo de "expresar" esa verdad.

La sindéresis hace "verdadear" la inteligencia y la voluntad.

La persona humana, gracias al hábito de sindéresis, hábito innato del intelecto personal, expresa, de modo global, lo que ve y lo que quiere.
De ahí que se la describa como "inspiración global".
(Recordemos que son tres los hábitos innatos al intelecto personal o persona en tanto que entender: sabiduría, hábito de los primeros principios y sindéresis)

El ápice de la esencia humana es el "yo", precisamente este hábito innato de sindéresis, con dos miembros o dos instancias cognoscitivas, ver-yo y querer-yo.

El ver-yo nace del intelecto personal y el querer-yo del amar donal.

La sindéresis es la apertura con que cuenta la persona para iluminar, dirigir, controlar, la naturaleza humana. Se atribuye al hábito de sindéresis el conocimiento de la propia esencia.

Pero ese conocimiento o ese ver o englobar,  se dice "conocer-yo" o "querer-yo" según vea lo "inteligido" o lo "querido".

Hay una diferencia entre lo inteligido y lo querido: lo querido debe ser constituido por el querer-yo.
El querer-yo no se limita a conocer a la voluntad, sino que constituye lo voluntario (lo impulsa). Sin el respaldo del querer-yo la voluntad no quiere nada.
En esta faceta del yo (querer-yo) existe algo más que la luz iluminante, o si se quiere, que el querer-yo depende menos del intelecto personal y más del amar donal, por eso es más otorgante que iluminante.

El yo se cifra en ver; es ver: ver-yo (el ver-yo es iluminante) y querer-yo (constituyendo lo querido; el querer-yo es iluminante y constituyente).



De esto habla Rafael Corazón en "El pensamiento de Leonardo Polo", p. 256.2
Para saber más ir a la etiqueta correspondiente:
4.6.1 distinción hombre-animal
6.1.0 vida humana 
6.2.0 yo y sindéresis

8.0.0 el cuerpo humano
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