La sindéresis es
precisamente el ápice de la vida añadida, que podrá inspirarse globalmente en
la vida recibida.
Comprendamos que no cabe
vida recibida sin vida añadida. No cabe inspiración y "recibimiento"
de la vida (que el cuerpo sea humano) sin la inclusión de la inteligencia y de
la voluntad en el cuerpo, gracias a la sindéresis.
No se trata aquí de
"comprender" la vida corpórea sino de reforzarla.
Esta tesis es clásica y no
debe sonar a novedosa.
Tomás de Aquino, por
ejemplo, compara la cogitativa a la inteligencia y la llama con ese nombre para
distinguirla de la estimativa, propia de los animales, que no tiene inclusión
de las potencias espirituales.
También se ha advertido que
la imaginación humana no es como la de los animales sino que es creadora.
El cuerpo humano cambia
esencialmente desde la sindéresis. Ya no es un cuerpo estrictamente cosmológico
pues el espíritu corre por sus venas.
De esto
habla Rafael Corazón en "El pensamiento de Leonardo Polo", p. 256.2-3
Para
saber más ir a la etiqueta correspondiente:
4.6.1
distinción hombre-animal
6.1.0 vida
humana
6.2.0
yo y sindéresis
8.0.0 el
cuerpo humano
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