La libertad personal se encauza mediante el yo.
La libertad está en el ámbito personal y se encauza
mediante el yo.
La libertad está en mi intimidad. Yo estoy incluido en
mi libertad.
El yo presta actualidad al acto, pero no le da el ser.
El ser es de la persona que se manifiesta mediante el yo, en el tiempo.
Poner la persona más adentro que el yo, conserva la
libertad, da dominio sobre los actos, pues me puedo arrepentir, cambiar mi
decisión.
Puedo ser fiel, si quiero.
Véase
lo que dice Ángel Luis González en su Prólogo al libro de Polo, Nietzsche como
pensador de dualidades, p.29.3. Son ideas de Polo en Ética, p. 68.
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