La ética de virtudes culmina en la ética de
destinación.
La ética de las virtudes es la ética de las tendencias
reforzadas.
Al adquirir virtudes somos (esencialmente) más libres
y podemos conducir mejor la vida hacia la felicidad.
Pero no olvidemos que la libertad puede ser un fardo:
tenemos más libertad que ocasiones de ejercerla.
Reforzar las cualidades cuando los objetivos son de
poca monta es angustiarse. Como tener un ferrari para circular en el mercado de
Kinshasa.
Aspiro al circuito ideal para mi bólido.
Polo llama "destinación" a aquello respecto
de lo cual se puede ejercer la libertad entera.
La ética de las virtudes se dilata en la libertad
nativa pues retrayéndose al Origen alcanzaremos a conocer nuestro destino. El
encargo que da sentido a mi vida.
El arte de ganar le
grand prix es la ética de destinación, culminación de la ética de virtudes.
Las virtudes no son externas a la libertad.
Son algo así como la "personalidad" de mi
persona. Persona es libertad. Y persona humana, libertad con contenidos
(tropezones).
Crecemos para destinarnos.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p.
221.2
Para
saber más :
Etiqueta
5.5.4 libertad nativa
Etiqueta
5.5.4 libertad de destinación.
Etiqueta
6.2.5 virtud
Etiqueta
9.0.0 ética
No hay comentarios:
Publicar un comentario